lunes, 22 de noviembre de 2010

35 AÑOS DE MONARQUÍA




Hace hoy 35 años que Don Juan Carlos de Borbón-Dos Sicilía fue coronado Rey de los Españoles con el nombre de Don Juan Carlos I. Dos días después de la muerte del General Franco, como prueba evidente de que todo "estaba atado y bien atado". Como decía ayer la portada de ABC, la etapa más estable de España. Se proclamó Rey de todos los españoles y ha cumplido su palabra. De no ser así ya le habría dado a Zapatero la patada en el culo que se merece. Pero no es el Rey quién se la tiene que dar. Somos los españoles, y no en el culo, sino en las urnas
No puedo decir de nuestro Rey más de lo que se ha dicho ya en numerosos libros, artículos, vídeos, e incluso películas y todos los españoles saben. Solo quiero recordar la experiencia personal del día que tuve el honor de estrechar su mano y presentarle mis respetos.
Fue en una recepción dada en la Embajada de España en Londres, con motivo de la visita real al Reino Unido en abril de 1986. Yo acababa de ser elegido Presidente de la Gestora del todavía Partido de Alianza Popular y desde los tiempos del Embajador Fraga, estaba en las listas de la Embajada para actos y recepciones. Ante la certeza de que acudiría mucha gente, la Embajada había dispuesto una carpa en el jardín, como continuación del salón principal. Estaba programado, que como vemos en televisión, los Reyes estuvieran recibiendo uno a uno a los invitados que le iban saludando. Con toda la sencillez posible y cuando el Rey vio la cantidad de invitados, se saltó el protocolo y él por un lado y la Reina por otro, se mezclaron entre los asistentes y empezaron a saludar a diestro y siniestro con frases amables y comentaros para todos.
Después de saludarme y presentarle mis respetos como representante de Alianza Popular, se dirigió a tres jóvenes con una pregunta: ¿Qué hacéis aquí vosotros?. Por lo que pude escuchar se trataba de tres amigos del Príncipe Felipe que estaban estudiando en Londres. Bromeó con ellos como si fueran de la misma edad.
La Reina se dirigió a mi mujer con un simpático: ¿Cuanto tiempo llevas en Inglaterra?, que la dejó tan sorprendida, acostumbrada al cerrado y estricto protocolo británico, que no fue capaz de contestar en inglés o español, y cuando yo le dije que mi esposa había nacido en Gales y llevaba toda su vida, me hizo a mi la misma pregunta. Al responderle que 24 años, me contestó sonriente que ya eran bastantes.
A todos nos sorprendió y nos encantó la naturalidad, la sencillez y la simpatía de Sus Majestades y fue una fecha que todos recordamos con cariño.
Cuando todo terminó, casi dos horas, los Reyes tenían una visita al Instituto Cervantes que está en la misma calle en la otra esquina de donde está la Embajada. Cuando el Rey vio que lucia el sol y sabiendo que la calle era de una sola dirección y tendrían que dar la vuelta a la manzana, se olvidó del coche y la escolta y echó a andar, dejando atónito a la policía británica que esperaba escoltarle con sus motos.

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