martes, 18 de marzo de 2014

EMIGRACIÓN / INMIGRACIÓN

Mi amigo Gracián, que explica las cosas muy sencilla y acertadamente dice que emigrar es "irse a otro sitio" e inmigrar  "venir de otro sitio". España, que ha sido un país de emigrantes, dicen que cuando Neil Armstrong llegó a la Luna, encontró allí a un gallego, se ha convertido recientemente en un país de inmigración que no está causando verdaderos problemas. Y el PSOE, responsable, en tiempos de Zapatero, de abrir las puertas a todos, en vez de ayudar al Gobierno a solucionarlos o mitigarlos. ha montado un tinglado acusatorio al Gobierno, al Director de la Guardia Civil y al Subdelegado del Gobierno en Ceuta por la triste tragedia de hace unos  días. La muerte al menos de quince inmigrantes de una verdadera avalancha de centenares que intentaban entrar ilegalmente en territorio español. Muy doloroso y lamentable, pero que necesita urgente y necesaria cooperación del Gobierno Español, el Gobierno Marroquí y la Unión Europea, para terminar con esta sangría de los que buscan una vida mejor. Y que de ninguna manera debe ser usado por la oposición para desgastar al Gobierno. Claro que no se puede esperar otra cosa de los que usaron los 192 muertos y el millar de heridos del atentado de Atocha, para ganar las elecciones de 2004 y dejar que Zapatero arruinara España.
Yo mismo y tres de mis hermanos hemos sido emigrantes en la época de los cincuenta y sesentas del siglo pasado, cuando lo españoles nos íbamos al resto de Europa. Todos al Reino Unido. Mi hermana María Teresa fue la primera en 1959 en calidad de "Au pair", palabra francesa que no se traduce al español, pero que quiere decir "una chica que va a otro país a vivir en el seno de una familia, ayudando al ama de casa en ligeras tareas, como cuidar los niños, por una pequeña remuneración y tiempo libre para estudia el idioma". Mi hermana tenía amigas y familia que ya se habían marchado y decidió hacer lo mismo para aprender el inglés, que ya en aquello años se estaba haciendo imprescindible como segunda lengua. Entonces bastaba una simple carta de una familia británica ofreciendo el puesto para entrar legalmente en el país y permanecer seis meses renovables previa solicitud de la familia.
Así estuvo los primeros seis meses, cuidó dos niños, ayudó a la madre,  aprendió bastante inglés y vio un mundo nuevo. Volvió a España y unos meses más tarde marchó de nuevo a otra familia, en este caso no a cuidar los niños, sino a acompañar a una señora anciana. Ahí estuvo año y medio y terminó de aprender el idioma con una maestra excelente con un inglés perfecto que era Lady Kell.
Lady Kell a sus noventa años era una reliquia del Imperio Británico. Casada muy joven con un oficial del ejercito británico, Sir Bernard Kell, estuvo en China y sufrió la Guerra contra los "boxers", que duró 55 días en el verano de 1900 y que Samuel Bronston hizo famosa con su película "55 Días en Pekin" rodada en Madrid en 1963 con Ava Gadner y Charlton Heston y en la que, como reconocimiento a los soldados españoles que en ella intervinieron, se permitió incluir la bandera de España en uno de los batallones liberadores. En los actuales episodios de "Amar es para Siempre"  de Antena 3, estamos viendo como en el taller de Valeria se confeccionan los uniformes para la película.
En ese segundo viaje de mi hermana hubo un claro ejemplo de la eficiencia de la Policía Británica dependiente del Home Office, o Ministerio del Interior, con el control de los emigrante. Antes de los primeros seis meses del permiso inicial, Lady Kell solicitó la renovación del permiso que le fue concedida sin problema. Pero tres días más tarde de que el primero expirara, se presentó un policía para decirle a mi hermana que tenía que abandonar el país. Le enseñaron el nuevo permiso y resultó que debería haber ido a la comisaria para renovar también el registro obligatorio que la Policía llevaba de todos los permisos de extranjeros. El control en aquellos años era ya lo suficientemente estricto, que había que estar registrado en el Ministerio del Interior y en la Policía, que entregaba el libro verde, en forma de pasaporte con foto y todos los detalles relevantes del inmigrante, como dirección donde trabajaba y donde vivía, fecha de caducidad..... y que había que actualizar pos cualquier cambio en alguno de los detalles. No volvió a pasarle y allí estuvo un total de año y medio volviendo a casa en el verano de 1962. Conserva muy buenos recuerdos de aquella época y de las amigas con las que salía para conocer Londres y todas las atracciones, monumentos y museos de una ciudad tan importante. Mucha de ellas ya han fallecido, como Pepita Seijo, Concha Girón y Encarna Jimenez. Otra viene todos los veranos a Higuera, como María Jimenez y a otras les ha perdido el contacto.
Mi hermana venía tan contenta de lo que había visto y vivido y del conocimiento del idioma, que me animó a probar lo mismo y en el otoño de ese mismo año cogí una maleta y el avión a Londres. Pero esto es otra historia que merece capítulo aparte.
He retomado este artículo después de 24 días en el Hospital que el SAS tiene en Ríotinto y tres días más de poner las cosas en orden y de que mi mujer se encuentre mejor gracias a Dios y a los médicos y enfermeras que la han atendido con profesionalidad y cariño.
Así que ahí va y continuaré la historia.