jueves, 24 de febrero de 2011

EL MIRADOR DE LAS ALBERQUILLAS




El Blog del Grupo Independiente ha publicado la noticia de la reparación de las barandas de madera y los bancos de piedra del mirador de Las Alberquillas. Han arreglado algo más, que es una baranda que no existía en la escalera de piedra que baja al comienzo de la calleja de Las Tobas. Muy bien ideado, porque la escalerita era algo difícil de subir o bajar y a nadie se le había ocurrido antes.
Lo que no dicen es cuanto ha costado el arreglo de un daño ocasionado intencionadamente por unos chavales que, gracias a la influencia del padre de uno de ellos, se fueron de rositas. No hace falta nombrarlos a estas alturas ya que gracias a un testigo, comprado con dinero o amenazas, el juez los declaró inocentes.
Esto me recuerda, por ser las cosas totalmente al contrario, una anécdota de mi juventud, que he contado muy pocas veces. Siendo mi padre alcalde, el municipal Jósé Garfía. conocido por Pepe Tango, se presentó un día en el despacho para decirle que había un vecino que venía a presentar una denuncia porque unos chiquillos, jugando al fútbol le habían roto un cristal de una ventana. La respuesta del alcalde fue, que como estaba prohibido jugar a la pelota en las calles, que el padre del niño pagara el cristal (que eran 25 pesetas) y le pusiera una multa de otras veinticinco pesetas. El municipal intentó quitarle importancia al asunto, alegando que eso eran cosas de chiquillos y que no era para tanto. a lo que el alcalde le preguntó que qué pasaba para que defendiera al culpable, a lo que el municipal tuvo que confesar: "Ha sido su hijo Marcos". Sin decir una sola palabra, el alcalde echó mano a la cartera y le dio las cincuenta pesetas. Mi hermano que Dios tenga en su gloria, se llevó una buena broca y aprendió a no jugar al fútbol en las calles. Pero siguió con la afición, como pueden ver en la foto del equipo de Higuera.
Eran otros tiempos.
Viendo como está la justicia en España y cómo tres trajes, presuntamente ilegales, regalados a un Presidente de una Autonomía del Partido Popular, tiene mucha más importancia que los 700 millones de dinero público empleado en prejubilar ilegalmente a altos cargos del Partido Socialista, no tengo más remedio que dar gracias a Dios, porque mis dos nietos majores, amigos de los implicados, estaban aquella noche acostados en mi casa. ¿Se figuran qué habría pasado si mis nietos hubieran estado con sus amigos aquella noche?.