viernes, 18 de julio de 2014

18 E JULIO 2014

Desde esta mañana ondean en mi balcón las dos banderas de mi vida. Deberían ser tres, porque nací en plena república, cuando la franja inferior de la Roja y Gualda se había vuelto morada. Pero era demasiado pequeño para acordarme y además, no me gustan los cambios innecesarios. Las dos banderas mías son iguales. De los mismos colores que desde los tiempos de Carlos III ondeaban en la popa de los barcos españoles que surcaban todos los mares del mundo. Solo varía el escudo. 
La que yo juré defender con mi vida si fuera necesario lleva el escudo de los Reyes Católicos con el águila de San Juan, las columnas de Hércules con el "Nom Plus Ultra" y la leyenda "Una, Grande y Libre". La han llamado facista, la del pájaro, la del águila, franquista, anticonstitucional, inconstitucional y preconstitucional. Cada uno que la llame como quiera, pero deben saber, que no sería tan tabú cuando la primera edición de la Constitución que nos dimos los españoles en 1987, lleva ese escudo en la portada.
La  otra, que yo no he jurado, pero que también defendería con el mismo empeño, ha perdido el águila. Pero nunca he oído a ningún ecologista o verde protestar lo más mínimo por el alevoso crimen de acabar con una especie protegida y en peligro de extinción como es el águila.
Esto me recuerda un hecho que me ocurrió allá por los últimos años de siglo pasado, recién  regresado del Reino Unido. Veníamos un día de Portugal y en una de las rectas de la carretera, pasado Aroche, se nos cruzó un águila en vuelo rasante que al ver el coche intentó remontarse con la mala suerte de chocar de cabeza con la esquina del parabrisas. La vi caer por el retrovisor, frené y volví al lugar donde yacía ya sin vida. Sobre la falda de mi mujer hizo su último viaje hasta el cuartel de la Guardia Civil de Galaroza, donde expliqué lo sucedido y puse al Guardia de servicio en un aprieto ya que no sabía que hacer con la pobre víctima. Por fin me dijo que la dejara allí y que la entregaría a "los del Seprona". Creí que eso era algo así como la Sociedad Protectora de Animales y luego me enteré de lo que el Seprona significa. Me sentí muy aliviado de no haber tenido la idea de quedarme con el águila para disecarla y ponerla como adorno en el salón.
Volviendo a las banderas, ya en mi paseo matinal al centro del pueblo, varias personas me preguntaron que qué día era hoy para poner banderas en el balcón. Solo mi buen amigo Gracián se acordaba de la fecha. Y es que Gracián tiene mi edad, quizás algo más, y se acuerda de muchas más cosas.
Hoy otras gente que también recuerdan la fecha. Ya han visto el anuncio de la Plataforma de Sevilla por la III República anunciando lo actos programados para el 16 al 18 de Julio del 2008. Me parece excelente y sensato el "NUNCA MÁS". Yo me tomé una cerveza esta mañana con mi amigo "el Rojo", y brindamos para que lo que empezó hoy hace 78 años, no vuelva a repetirse. Una III República nunca sería el mejor camino. No hay más que leer la historia de las dos primeras.