sábado, 9 de diciembre de 2017

EL BREXIT

El aeropuerto está en "tierra de nadie" usurpada durante la Guerra Civil
La palabra "brexit" no está en el diccionario de la Real Academia de la lengua Española, (Si, española y no castellana, como algunos pretenden que sea), ni tampoco en el de Oxford. Con esta manía internacional de cortar las palabras, tenemos que entender que quiere decir "British exit". "British" ya saben qué significa, pero "Exit" no significa "exito", sino todo lo contrario: "salida". Se puede ver sobre todas las puertas de salida, ya sean de restaurantes, teatros, museos o el metro. En este caso es la puerta de salida de la Unión Europea, por la que quieren salir con dignidad, negociando y no como otros, que quieren salir contra las leyes, pero al mismo tiempo, quedarse dentro para disfrutar de todas las ventajas.
Hay una gran diferencia entre los british y los catalans. Verdad es que los dos aprecian "the money" y "la pela", pero de ahí no pasan. Los british están muy orgullosos todavía de su imperio que dominó el mundo, (después del nuestros del que no nos sentimos  tan orgullosos), y también de su idioma, el más hablado en el mundo. Los catalans no llegaron nunca a ser una nación y su idioma no se habla más que allí. Y si se habla fuera de "catalunya" es cuando dos catalanes se encuentran solos. Y algunas veces no tan solos, que los mal educados no respetan a los que no lo hablamos, aunque podamos entender algo.
Ayer se desbloqueó el proceso del brexit con los acuerdos alcanzados que permite que sigan por el buen camino de la futura salida de la Unión. Uno de los principales escollos era la frontera entre la República de Irlanda y el Norte de Irlanda que pertenece al Reino Unido. Parece ser que no será una "frontera dura" entre las dos Irlandas.
En la reunión, de hace unos día en 10 Downing Street, entre Rajoy y Theresa May, parce ser que no se habló de otra frontera conflictiva. La de Gibraltar. Una vez el Reino Unido fuera de la Unión Europea, Rajoy podrá poner todas las normas legales para que los españoles podamos salir de España a una colonia extranjera y la colonia para que podamos entrar y viceversa. Se podría incluso cerrar la verja, como hizo Franco y está acordado en el Tratado de Utrech. Los llanitos están a favor de la Unión. ¿Llegaremos a un acuerdo beneficioso para ambos?. Hará falta muy buena voluntad y cesiones por ambos lados.
He conocido a mucho llanitos y trabado relaciones, comerciales y amistosas, desde que Franco cerró la frontera y uno vino a la compañía en la que yo trabajaba, para comprar plátanos de Canarias, cuando llegaban al puerto de Londres, y pasarlas a otro barco en dirección a Gibraltar. Siempre recordaré el día en que nos compró manzanas y al preguntarle si las quería en cajas de cartón o de madera, me dijo que daba igual porque las meterán en los ataúdes vacíos que llevarían en avión. Así de escasos andaban en la Colonía, hasta que Felipe González tuvo la idea del "gesto de buena voluntad" de abrir la frontera y negociar la soberanía, que quedó en abrir y no llegar a negociar.
El dilema está en si seremos capaz de convencer a los llanitos que con España estarían mejor que con el Reino Unido. La Colonía, o el Peñón, como solemos llamar a esa roca al sur de España, podría ser otra Comunidad Autónoma con sus propios Estatutos o incluso la tercera Ciudad Autónoma, después de las de Ceuta y Melilla. Los político que rigen la Colonia deberían pensar si, conservando su nacionalidad británica, como más de los cien mil británicos que viven felices en territorio español, importaría mucho que "The Rock", perteneciera a España o continuara como colonia británica. Sería bueno llegar a un acuerdo antes del Brexit definitivo que se espera para dentro de más de un año.
Nadie puede negar que, en definitiva, The Rock es territorio español cedido hace más de trecientos años a Inglaterra por un Tratado, firmado bajo presión, que como todos los tratados se puede actualizar, reformar o abolir de mutuo acuerdo.

He estado donde aparece la bandera y los barcos pasando el estrecho se veían del tamaño de las barquitas de la Plaza de España de Sevilla.