domingo, 10 de febrero de 2019

UNA, GRANDE Y LIBRE

Era el lema durante el patriotismo, que ahora llaman franquismo, con el que se terminaba el canto del Cara al Sol y el público coreaba con entusiasmo. Mi perro Flecha también lo coreaba con sonoros ladridos que causaba la admiración del público asistente.
Este preámbulo forma parte de Mi Memoria Histórica y ante la imposibilidad de asistir a la Concentración en Madrid del Partido Popular de Ciudadanos Valientes quiero poner mi granito de arena y adherirme al acto reivindicativo de la Unidad de España y el rechazo a la política del Presidente Sin Votos que además, no cumple sus promesas de "Quitar a Rajoy y convocar elecciones".
En mi balcón ondean las dos banderas de mi vida con los colores de Carlos III, pero con dos escudos distintos. El escudo de los Reyes Católicos con el Águila Imperial, que adoptó Franco y muchos juramos defender con nuestras vidas al hacer el servicio militar,  y  el escudo del actual Rey Felipe VI. 
Me voy al televisor que faltan solo tres minutos para comenzar la lectura del Manifiesto y no me lo quiero perder. Si usted se lo pierde ya tendrá ocasión de enterarse. Pero si usted es un buen español, no se lo pierda.
Media hora ha bastado para decirle al Presidente Sin Votos que los españoles queremos Una España, Grande y Libre y que convoque las elecciones prometidas, porque somos los españoles los que tenemos el derecho de decidir nuestro destino. La concentración ha terminado con el Himno de España, lástima que no se haya cantado con la letra que escribió José María Pemán en 1928 (antes de Franco), pero que ha terminado con muchos ¡Viva España!.