viernes, 4 de agosto de 2017

PODEROSO CABALLERO....

....Es Don Dinero, decía Quevedo en su famoso poema. Mi amigo Gracián. que no es el Baltasar del mismo nombre, tan contemporáneo de Quevedo, como Cervantes de Shakespeare,  dice que en la antigüedad el dinero era en monedas, para que rodada fácilmente, pero después de pasar por ser de papel, para que volara, ahora es de tarjeta de plástico, para que no lo veamos.
Y como siempre, tiene toda la razón. Las treinta monedas de plata que aceptó Judas para delatar a su Maestro, tenían su valor en plata.
Por eso y posteriormente, había monedas de oro, plata y cobre que valían según la proporción del metal que poseían. Famoso se hicieron los duros sevillanos. Más falsos que una mula, pero que contenían más plata (y por tanto más valor) que los auténticos. Por este famoso hecho, lo de la mula falsa se convirtió en el " eres más falso que un duro sevillano".
Lo que dio motivo a un chiste que circuló en tiempos de la dictadura, de boca en boca porque los periódicos tenían más censura que la redes sociales de ahora. Eran dos colegas en la cárcel por haber falsificado monedas de entonces y habían metido la pata al fabricarlas. En vez de poner "Caudillo por la Gracia de Dios", como en los duros de Alfonso XII, habían puesto: "Caudillo porque Dios es un gracioso". Al régimen no le gustó, pero un buen amigo me aseguró que a Franco si le hizo gracia.
En lógica teoría, los Bancos Nacionales, deberían tener reservas en metales preciosos, generalmente oro, equivalente a los billetes que haya emitido. ¿Y quién controla eso?. ¿Si uno imprime billetes por más valor que la reserva que posea, cómo se  sabe?. Todavía algunos recordamos el oro del Banco de España que el Gobierno de la II República envió a Rusia, dejándonos sin reservas. 
Conocido como "El oro de Moscú" o "El oro de la República", fueron más de 500 toneladas de monedas de oro, que a los pocos meses del comienzo de la Guerra Civil, por miedo a perderla o a sabiendas de que la perderían, el Gobierno Republicano de Francisco Largo Caballero y siendo Ministro de Hacienda Juan Negrín decidió enviar a Moscú el 75% de las reservas en oro del Banco de España, cuyo valor hoy podría ser de más de 20,000 millones de euros.  
¿Querían ayudar al gobierno comunista de Stalin? ¿En pago anticipado de toda la ayuda que recibirían? ¿Para asegurarse una jubilación anticipada?.
Hay muchas versiones y opiniones y algún día algún historiador español o extranjero descubrirá algún papel olvidado que nos diga la verdad. Lo que no ofrece la menor duda es que Santiago Carrillo y Dolores Ibarruri, destacados comunistas que huyeron a Rusia, pasaron allí una buena vida sin que les faltara de nada, hasta que en
1977, precisamente un Sábado Santo, Adolfo Suarez legalizó el Partido Comunista de España y pudieron volver sin miedo de que los mandaran a Carabanchel y después a Paracuellos.
Cabe aclarar que el Presidente del Gobierno Largo Caballero y el Ministro Negrín, pertenecían al Partido Socialista. El Presidente de la II República era Manuel Azañas Díaz, del Partido Reformista de Izquierda Republicana. Otra vez la izquierda conchavada contra la derecha.
Si nos concentramos en la actualidad, ¿Que os parece la posición del PSOE (el de Sánchez), unido al comunista de Podemos y al resto de las izquierdas incluyendo separatistas, nacionalistas, terroristas y otras hierbas? ¿Serán de fiar?. 
El PSOE (el otro) debería espabilarse y centrarse antes de que la historia se repita. El comunismo, en trances de extinción, ya no es el del ruso Stalín, ahora es del venezolano Maduro, otro perro con el mismo collar. ¿Habrá entre los socialistas, alguien que pueda anular a San Chez y hacerlo mejor por España y los españoles?. 
Esperemos que lo encuentren y mientras más pronto, mejor.