domingo, 28 de noviembre de 2010

ZAPATERO Y LOS EMPRESARIOS



El Presidente Zapatero se reunió ayer con 37 directivos de las más importantes empresas y entidades financieras de España. ¿Faltaron algunos?. Como no conozco la lista de los invitados no puedo opinar, pero estoy seguro de que alguno se escapó; o no le invitaron, o no fue. Como siempre, el Presidente tarde y mal. Una reunión que debería haber convocado, por lo menos, hace dos años, cuando ganó las elecciones a base de negar la crisis y acusar a Rajoy de antipatriótico por anunciarla. Entonces, porque él debería haber sabido que la crisis era inminente, es cuando debería haber pedido consejo, asesoramiento, ideas y cooperación a las grandes empresas españolas que son modelo de eficacia dentro y fuera de España. Ahora, como las medidas y las reformas económicas, es demasiado tarde. Pero quizás haya encontrado una salida a su incompetencia, que es echarle la culpa a quien no la tiene. Igual que se la echa a Rajoy por no dar ideas y negarse a cooperar, o a los sindicatos por no ponerse de acuerdo, o a los americanos por las hipotecas subprime, o a los españoles por gastar demasiado, o a Bush y Aznar por la guerra de Irak.
Hoy todos los periódicos dedican páginas a la reunión. Con la certeza de que ha sido una foto para el recuerdo y de que el Presidente no inspira en absoluto la confianza necesaria para que los mercados internacionales nos respeten, ni para poner en marcha las medidas impuestas por la Unión Europea, ni para acometer la reforma laboral, ni para reformar el sistema de pensiones, ni para recortar gastos. Aunque ayer lo prometiera, ya no cree nadie las promesas. Está totalmente perdido en el desierto. Y también en el Sáhara, pero eso es otra cosa que ya veremos como termina, aunque todos sabemos que terminará mal. Hasta como Ministro de Deportes le están saliendo las cosas torcidas. Véase Fernando Alonso y Portugal-España, aunque esperamos que Rafa Nadal, que en estos momentos está jugando en Londres, consiga el título que le falta.
El mensaje ha sido unánime; Gobierne usted señor Presidente. Gobierne usted de una vez.
No se si por lo bajini, alguno de los asistentes habrán añadido: Y si no es capaz, váyase de una puñetera vez.