martes, 11 de noviembre de 2014

ALTOS VUELOS

No me refiero a los buitres, cada vez menos, que vuelan por los aires del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, sino a los buitres sin alas que vuelan más alto y con mucha más frecuencia, en esos aviones que utilizan gratis, políticos, diputados, senadores y poseedores de tarjetas B.
Ya nadie se acuerda de cuando Abel Matute, eurodiputado por el Partido Popular iba a Bruselas en su avión privado. Se le criticaba hasta que tuvo que declarar que la gasolina no la pagaba el dinero público, sino él y además ahorraba en hoteles, porque podía volver a dormir en su casa. Estuve una vez a punto de utilizar ese avión para traer desde Londres a Plácido Domingo a participar en un cierre de campaña en Madrid. No pudo ser. Domingo cantaba aquella noche en el Covent Garden Opera House.
De ahí se pasó al conocido y escandaloso caso de Alfonso Guerra cuando utilizó un Mystère del Ejercito del Aire, para ir desde Faro a Sevilla a ver una corrida de toros con su hijo, porque; "había mucho  tráfico en carretera y no quería llegar tarde".
Más tarde vinieron los vuelos privados de Zapatero en un Falcon del Ejercito del Aire, destinado para el Presidente del Gobierno, para asistir a actos de campaña o para llevar a sus hijas a Londres a unos cursos. Supongo que de inglés, que no de honradez.
El caso más notorio fue el de Magdalena Ávarez, aunque en este caso le tocó a Iberia pagar el pato por los viajes "gratis total" de la entonces Consejera de Economía que llegó a ganarse el merecido título de "Lady Aviaco". Se cuenta que llegó a utilizar 444 pasajes gratis para ella y su familia en vuelos, tan necesarios para su cometido como Consejera de Chaves, a Mejico, Moscú, Tokío, Casablanca o Copenhague. y otros destinos más. Se llegaron a contar 44 pasajes gratis de Málaga a Madrid y 50 de Sevilla a Madrid. Cuando Zapatero la desterró a Bruselas, siguió gozando de vuelos gratis.
Otro caso que dio que hablar fue el viaje de Maria Teresa Fernandez de la Vega, entonces Viepresidenta del Gobierno de Zapatero, en un avión del Ejército para asistir a las Fallas de Valencía. Y el caso más llamativo y curioso, el del avión que llevó una medicina para María Antonía Trujillo, Ministra de la Vivienda, para curarle una hinchazón producida por la picadura de una abeja.
Todo esto, y más que no se sabe, ocurrió durante los gobierno de Felipe González y Zapatero y no hubo dimisiones.
Ahora, con el gobierno de Rajoy se están descubriendo los gastos privados que se han pagado con dinero del Estado, (incluyendo también a personas del propio partido) y, no solo se ha publicado efusiva y torticeramente, sino que se pide la inmediata dimisión de sus cargos a todos los implicados y hasta del último responsable que dicen que es Rajoy por no destituir a Monago.
Monago es Presidente de la Comunidad de Extremadura porque así lo quiso la mayoría de los extremeños, y lo primero que ha declarado es que pedirá al Senado justificación de todos los viajes y pagará de su bolsillo los que se consideren privados. ¿Qué es más conveniente para todos, que dimita o que devuelva el dinero? Porque hasta ahora nadie ha devuelto un céntimo.
Dejemos a la Justicia hacer su cometido. Puede que sea lenta, pero, como dicen los italianos, "piano, piano, si va lontano" o como decimos nosotros "no por mucho madrugar amanece más temprano". Con tanta corrupción, a todos los niveles, fraude, denuncias, tarjetas, choriceo, mangoneo y otros medios de hacer dinero rápido, la Justicia está desbordada, pero llegará al final. Solo necesitamos despolitizarla, tener paciencia y dejarla trabajar dándole los medios necesarios.