sábado, 17 de octubre de 2009

FRANCO Y LOS JUDIOS






El Presidente Zapatero debería estudiar algo de historia antes de hablar o, al menos, asesorarse bien de lo que alguno de sus 640 asesores tenga que decirle. Que es seguro que muchos de ellos sabrán asesorar bien, otra cosa es que el Presidente omnipotente les haga caso. Así no le pasaría como a su amigo Evo con lo del Palacio Real, como cuna de la conquista de América.
Solo a un ignorante o a uno con muy mala leche, se le ocurriría decir en Israel: "En España no hay antisemitismo, si lo hubo en el régimen de Franco". Es evidente que ZP, o no sabe la historia reciente de su propio país o no quiere saberla, porque tachar a Franco de antisemitismo, es como decir que Rafa Nadal no sabe de tenis.
Si no quiere hacer caso a sus asesores, al menos podría consultar biografías de Franco y enterarse de lo que no sabe. Y hay que añadir, que biografías de Franco las hay, no solamente de españoles, a favor o en contra, sino de muchos escritores extranjeros que generalmente escribieron con imparcialidad. Se enteraría de la cantidad de judíos que Franco salvó del holocausto nazi. El Rabino Lipschitz, autor del libro "Franco, Spain, the Jews and the Holocaust"
en un articulo en Newsweek de 1970 decía lo siguiente: "Tengo pruebas de que el Jefe del Estado Español Francisco Franco, salvó a más de 60,000 judíos durante la segunda Guerra Mundial. Ya va siendo hora de que alguien le de las gracias."
The American Shepardi Federation publicaba un artículo a la muerte de Franco como prueba de las buenas relaciones entre este y la comunidad judía, que terminaba: En el Sabat Vayislah, 22 de noviembre 1975, los coeditores del "American Shepardi" acudieron a rezar un responso por el alma del Generalísimo Franco ante el arca de la histórica Sinagoga Hispano-Portuguesa de New York por la ayuda que prestó a los judíos durante la Guerra Mundial."
Como testimonio personal puedo añadir que en mis años en el Reino Unido conocí a muchos judíos, en el Mercado de Covent Garden había muchos, y más de uno me comentó lo mismo aludiendo, en algunos casos, a cercanos amigos o familiares.
Así que, señor Presidente, por favor, no haga el ridículo en el extranjero, que ya tenemos bastante con el que hace en España.
Por cierto, Franco como buen católico estaba en contra del aborto. ¿Qué actitud tomará usted después de la manifestación de esta tarde por el Derecho a la Vida?