jueves, 5 de junio de 2014

JUAN CARLOS i

El lunes, camino de una cita, oí en la radio del coche la noticia de la abdicación de nuestro Rey. Desde entonces todas las cadenas de TV y todos los periódicos han dedicado páginas incontables a elogiar la figura de nuestro monarca. Supongo que las redes sociales y las insociales habrán recogido toda clase de comentarios, que no tengo la menor intención de leer.
Respetando la real decisión, no podía ser menos, quiero poner de manifiesto mi personal opinión de su persona. Tuve el privilegio de saludarle y ofrecerle mis respetos allá por el año 1986 en Londres. Los Reyes visitaron oficialmente la capital británica los días 22 a 25 de abril y entre los numerosos actos programados se celebró una recepción en la Embajada a la que fue invitada una numerosa parte de la colonia española. Cuando llegaron Sus Majestades, el Rey declinó usar el lugar que le tenían preparado para que todo pasáramos a saludarles y le oímos decir: "Sofia, tu vas por ahí y yo por aquí y así nos mezclamos y saludamos a todos". Así lo hicieron y a todos no sorprendió la naturalidad de nuestros soberanos, saludando a todos y cada uno de lo asistente y hasta bromeando con muchos de ellos.
Yo era entonces presidente de la Gestora de Alianza Popular en Gran Bretaña y como tal le presenté mi respeto y lealtad. Me animó a seguir trabajando en mi labor. A continuación saludó a tres jóvenes que estaban a mi lado con un amigable: "¿Vosotros qué hacéis aquí?, Al parecer eran amigos del Príncipe Felipe y estaban haciendo un master en la London University. El Rey le animó a seguir porque en España hacían falta "brains". Es decir, "cerebros". 
La Reina le preguntó a Patricia, mi esposa, el tiempo que llevaba en Inglaterra, a lo que tuvo que responder, que desde los veinte años, porque que había nacido en el País de Gales. Al hacerme a mi la misma pregunta y responderle que; veinticuatro años, dijo que eran bastantes, con una agradable sonrisa y el deseo de que volviera pronto a España. Tardé otros diez años más.
El siguiente acto era una visita al Instituto de España, ahora instituto Cervantes, que estaba solo a unos cien metros a la derecha de la Embajada en la esquina del mismo bloque de edificios. Cuando el Rey vio los coches y los policías de escolta, decidió ir andando para evitar la vuelta a toda la manzana, ya que la calle era de una sola dirección. Los bobbis se quedaron de una pieza al ver a un Rey andando por las calles de Londres. Pero es que Don Juan Carlos es así. No es la primera vez que se salta el protocolo.
Se retira después de haber cumplido con su deber de ser el Rey de todos los españoles. Hasta de aquellos que, conocida la noticia, invadieron las plazas de algunas ciudades españolas ondeando banderas republicanas y pidiendo un referéndum para ver si los españoles queremos una monarquía o una república. Serían algunos millares de descerebrados, pero somos millones de españoles los que no queremos una república. Ya tuvimos dos ejemplos de lo que puede pasar. Y no es que el sistema republicano sea malo por si; funciona en Francia y en Estados Unidos. Es que en España ha habido dos Repúblicas y las dos dos han acabado mal. La segunda  con demasiados muertos, que se trató de olvidar en la Transición y que la izquierda más radical ha recordado abriendo la caja de los truenos ante la incompetencia de Zapatero para quedar bien con los enemigo de España, comunistas, separatistas, nacionalistas y terroristas.
El Presidente del Gobierno, legalmente elegido por la mayoría de los españoles. ha puesto la pelota en el campo contrario, dando una excelente lección de democracia. Hay que cumplir la Constitucción, que se puede cambiar, reformar, actualizar e incluso abolir, pero a través del proceso que marca la propia Constitución.
Yo siempre he tenido una idea. Digan si es buena o mala, si están de acuerdo o no, pero respétenla, como yo respeto la suya. Debería ser obligatorio para todos los políticos JURAR cumplir la Constitución, dejándose de esa forma de PROMETER, pues todo sabemos que las promesas, en política, no se cumplen y menos todavía el POR IMPERATIVO LEGAL, que usan los que nunca deberían estar en política.
Es hora de que todos digamos VERDE, que es la abreviatura que usa Antonio Burgos que es bético, para decir Viva El Rey De España. Que Dios le conceda muchos años años más como Rey Padre o Padre del Rey. Nos deja en muy buenas manos.