sábado, 26 de marzo de 2011

TRES ESTRELLAS DESLUIMBANTES


Acaba de morir la última, Elizabeth Taylor, a los setenta y nueve años. La misma edad mía con solo unos días de diferencia. Según el habla de mi pueblo, podría decir que era de mi quinta. La última de las tres estrellas que yo he considerado las más deslumbrantes del cine americano. Son casi las mismas que fueron musa de Andy Warhol a las que fotografió y pintó innumerables veces. Para mi siempre fueron Elizabeth Taylor, Ava Gadner y Marilin Monre. Andy Warhol prefería Jacqueline Kennedy en lugar de Ava Gadner. Posiblemente no conoció a Ava Gadner y si la conoció, es una prueba de que sobre gustos no hoy nada escrito.

No recuerdo cual fue la primera película que vi de ella. Puede que fuera "El coraje de Lassie" que se estrenó allá por 1846. Después vinieron "Mujercitas", "El padre de la novia","Un lugar en el sol" y "Gigante", que vamos a ver hoy en Canal Sur. Ya en el Reino Unido pude ver, en versión original, "The cat in the hot tin roof" por lo que pude disfrutar de la sexy y cálida voz de la mujer de los ojos violetas. Ya que Fernando Villalón no pudo conseguir su sueño de los toros bravos con los ojos azules, los padres de Elizabeth consiguieron la mujer brava con los ojos violetas. Vi la película varias veces, hasta que pude entender correctamente el dialogo sureño típico de Tennesses William. Despues vino "Cleopatra" y ¿Quién teme a Virginia Woolf". A partir de la primera comenzó su tumultuosa relación con Richard Burton, el único de sus siete maridos que se casó con ella dos veces y que es uno de los que mi mujer recuerda muy bien porque conoció sus primeros pasos como artista ya que vivían en dos pueblos limítrofes del sur de Gales.

Elizabeth Taylor ha tenido quizás tantos admiradores como detractores. Pero vivió una vida apasionada llena de amores y desamores, matrimonios y divorcios, alcohol y drogas, hospitales y dietas para adelgazar, y a cambio nos dio el placer de contemplar sus ojos maravillosos, su sonrisa encantadora, su vos melodiosa, su cuerpo de diosa y su talento para la interpretación.


Ava Gadner fue otra de mis preferidas. Otra mujer impresionante, llena de vida y viviendo intensamente la vida. A esta la pondría la primera, porque tuve la suerte de conocerla personalmente y comprobar que, aparte de su belleza tenía una simpatía arrolladora. La había visto de cerca muchas veces durante sus estancias en Sevilla, cuando no se perdía la Feria, cuando daba aquellos escándalos de borracheras de vino y hombres. Cuando quiso ser rejoneadora y Ángel Peralta le dio lecciones de monta. Cuando se enamoró de Mario Cabré en el rodaje de una película, que gustó en España pero no llegó a ser un gran éxito. Sin embargo todos recordamos "La condesa descalza", "Mogambo" o "Las nieves del Kilinmajaro". Yo tuve ocasión de conocerla personalmente. Volvíamos mi mujer y yo de un viaje a Sevilla y coincidimos en el avión a Londres. Ella vivía en Londres sola con su acompañante gallega y volvía de rodar una miniserie (creo que fue la última) con Omar Shariff. Me presenté y al conocer que era de Sevilla y la recordaba de sus buenos tiempos, se mostró muy simpática y, en un español con acento americano y un inglés con acento inglés, pudimos charlar gran parte del vuelo. Nos contó algunas intimidades y recuerdos de aquella época, que no quiero contar, nos enseñó una cicatriz en la mejilla izquierda que se había hecho en una caída de un caballo y cuando le dije, que cuando conocí a la ahora es mi mujer, me recordó a ella con su pelo negro y sus ojos verdes, nos confesó que ella también lo tenía blanco, pero lo teñía. Nos despedimos cordialmente ya en Londres y dos o tres años más tardes nos enteramos de su muerte. Mi mujer guarda con cariño un autógrafo.


La tercera es Marilin Monroe, esa gatita rubia con cara de niña traviesa y curv- as de marearse, a la que la vida le fue muy dura, una infancia terrible con una madre algo desquiciada y sin padre, violada a los quince años de edad , se caso a los 16, tuvo cuatro maridos y varios amantes y terminó tan trágicamente, que todavía no se ha aclarado si fue un suicidio o un asesinato. Incluso llegó a decirse que la había asesinado la CIA para encubrir que estaba embarazada del Presidente Kennedy. Nunca sabremos la verdad. Pero nos deleitó con algunas de sus películas como "Niagara", "Con Faldas y a lo Loco" y "El príncipe y la Corista". Su trágica muerte me cogió en Londres y pude comprobar cómo la prensa sensacionalista se cebó con ella. Sin respeto a los muertos.