viernes, 30 de marzo de 2012

LA HUELGA CAPITÁN

Así la ha llamado mi amigo Gracián, a quien  no le gustan las huelgas y nunca ha estado en una, porque dice que: "Se ha quedao en  Capitán gracia a los piquetes, que si nó, ni hubiera llegao a Sargento". Pero los Sindicatos dirán que ha sido un éxito, el Gobierno dirá que no ha sido tanto y a estas horas parece que ya ha habido 58 heridos, algunos policías. Cuando hay heridos es porque hay violencia y eso no debería ser. Recuerdo que hace muchos años le llamaban "huelgas de brazos caídos", o sea, no dar un golpe en el trabajo. Ahora los golpes se dan en la calle y hay que sacar los antidisturbios en furgonetas y hasta a caballos.Vamos, como el famoso 5º Regimiento contra los comanches.
Recuerdo la famosa huelga de los mineros británicos contra el gobierno de Margaret Thatcher, que duró casi un año con la sana idea de acabar con el gobierno, que cuando los piquetes empezaron a ponerse violentos, actuó la policía doblando el numero de ellos y manteniéndolos en su sitio. O sea, aplicando la Ley, el derecho del trabajador a no trabajar, a gritar slogans y ondear pancartas y el derecho a trabajar. Se reformó la Ley de Huelgas de tal manera que para convocarlas necesitaban la mayoría del voto de los afiliados y que ese voto fuera personal y secreto. Anteriormente, me contaba un español que trabajaba en una fábrica de coches, el voto lo tomaba el sindicalista de turno de los trabajadores a mano alzada. Pues mi amigo me contó que la primera vez que esto le ocurrió en la fábrica no levantó la mano hasta que sintió algo punzante en los riñones y una voz que le decía al oído: ¡Hand up". A partir de la reforma, votaba con la papeleta en blanco y las huelgas empezaron a disminuir aceleradamente.
Aquí también hace falta una reforma de la Ley de Huelga, dentro de las muchas reformas que España necesita, No se si ya se contempla en la Reforma Laboral contra la que dicen que es esta huelga, aunque, como aquella que menciono del Reino Unido, es mucho más política que laboral.
La violencia de los piquetes, las pintadas, la quema de contenedores, la rotura de cristales y mobiliario urbano, los cortes de calles,  los insultos y ataques físicos a los  que quieran trabajar y a los policías es totalmente inaceptable en un estado de derecho con un sistema democrático.
Pienso que unas de las formas de acabar con esto es poniendo a los sindicatos, politizados y subvencionados con nuestro dinero,en su sitio. Es decir, que se financien de sus afiliados. Del Gobierno ni un céntimo, porque el dinero del Gobierno si es de alguien. Nada menos que de los contribuyente que no pertenecemos a ninguno.  Vean la friolera de euros que UGT y CC.OO nos han costado en el año 2011. Esta es la razón por la que Méndez, Toxo y sus acólitos salen a la calle, no a defender a los trabajadore, como es su obligación, sino a defender sus relojes, sus viajes, sus dietas y su buen vivir. Seguro que hoy comen en un buen restaurante de los muchos que están abierto.