jueves, 30 de junio de 2016

CUATRO DÍAS DESPUÉS

Y todo sigue igual. Si esto fuera el Reino Unido, Sánchez, Iglesias y Rivera, el pasado domingo por la noche o el lunes por la mañana, habrían presentado la dimisión irrevocable y estarían ya los tres de vacaciones. A orillas del Manzanares, en el Caribe venezolano o en la Costa Brava. Pero no. Ellos siguen ahí, incordiando, impidiendo a Rajoy formar Gobierno, acusando el PP de pucherazo, haciendo perder el tiempo (que dicen que es oro) y poniendo palos en las ruedas, que según mi amigo Gracián es "jodiendo la marrana".
En el Reino Unido, al día siguiente de las elecciones, o sea, el vierne pasado, el ganador hubiera ido al Palacio de Buckingham a informar a la Reina y esta le habría pedido formar Gobierno. bonita tarea para el fin de semana, y el lunes y estaría funcionando el Parlamento. Al día de hoy, ya se habría celebrado el primer Cabinet Meeting, que aquí hubiera ido mañana viernes, que el día en que se celebran los Consejos de Ministros. Pero los españoles no tenemos prisa y por eso llegamos tarde.
Ayer el Presidente (en funciones de más de seis meses) tuvo que asistir (otra vez) a Bruselas, donde la Jefa del Gobierno de Escocia, pedía que dejaran a los escoceses continuar en la Unión Europea. El veto de nuestro Presidente frenó en seco las pretensiones, al oponerse radicalmente a tratar con territorios sin identidad de Estado. No se si la oposición ya le está criticando, pero figúrese qué pasaría con Cataluña, País Vasco o (mucho peor) Gibraltar si se subieran al mismo tren.
Parece que está muy claro, que si parte de un territorio se independiza, queda fuera de la Unión y una vez, independizado y constituido en Nación, tendría que iniciar el proceso de solicitud para la integración. Proceso que  no se hace en dos días y menos si un miembro dice que no.
Los llanitos, que han votado masivamente el "Remain", deberían convencer al Gobierno Británico para que devolviera la Colonia a España. Es la única alternativa que contempla el Tratado de Utrecht, y entonces no tendrían ningún problema. Y no tendrían ni siquiera que cambiar su pasaporte, aumentarían  en 35,000 los más de 200,000 británicos que ya viven en España, (felices hasta ahora y preocupados por su futuro desde ahora) y podrían formar parte de la Comunidad Andaluza, o tener algún estatus especial como la ciudades autónomas de Ceuta o Melilla. Sería una solución para un problema de más de trescientos años, que no solo evitaría el posible cierre de la Verja, sino que permitiría hacerla desaparecer para siempre.
Veremos qué pasa durante el día de hoy, para sacar tema para mañana.