miércoles, 29 de agosto de 2012

COPAGO DE MEDICINAS

Entre los años 1987 y 1989, siendo Antonio Hernández Mancha presidente de Alianza Popular, Don Manuel estaba en el Parlamentario Europeo. A.P. pertenecía al Grupo Popular del Parlamento Europeo, junto con el Partido Conservador Británico, y celebraban reuniones con el resto de los partidos del Grupo, con relativa frecuencia y cada vez en un país. Cada vez que la reunión era en Londres, Don Manuel siempre encontraba un hueco para reunirse con los afiliados al partido.o personalmente conmigo que era, por entonces, presidente del la Gestora del Partido en Gran Bretaña. Como me había llevado en su lista en las dos elecciones a las que fue candidato, siempre me contaba cosas del Parlamento y nunca olvidada preguntar por algunos de los amigos que había dejado en Londres desde su periodo de Embajador.
En uno de esos viajes, antiguos colegas embajadores de varios países le ofrecieron un almuerzo en un hotel cercano al Parlamento. Nos unimos al homenaje tres de los afiliados, Pepita Seijo. Roberto Moretón y el que escribe. Como el protocolo de los embajadores es muy estricto, a mi me sentaron a dos cubiertos de Don Manuel. Y menos mal que estaba cerca, porque después de una excelente y bien servida comida, Don Manuel se levantó a dar la gracias y en cuanto empezó a hablar. en ingles por supuesto, le vino una hemorragia nasal, que asustó a los comensales. Acudí en su ayuda tratando de llevarlo a los servicio y ayudarse con agua fría y no consintió porque se estaba "haciendo tarde y todos tenían que volver a sus embajadas". Terminó el discurso con un algodón mojado en coñac taponando la nariz y una servilleta con trozos de hielo que le sujetaba yo en la nuca. 
Así terminó su discurso y como la hemorragia no se cortaba, a la fuerza lo metimos en un taxi y lo llevamos al Chelsea and Westminter Hospital, que era el más cercano. Consiguieron cortar la hemorragia y le cauterizaron una venilla que se le había roto, Al salir del Hospital se fue derecho al mostrador de recepción y a la primera empleada que vio le preguntó cuanto le debía. La chica lo miró con extrañeza y tuve que recordarle que la sanidad en el Reino Unido esta totalmente gratis para todos. Exclamó ¡Great country!, le dio la mano y las gracias a la empleada y lo llevamos al hotel donde se hospedaba a que se cambiara de camisa, porque quería llegar al Parlamento a tiempo y con la camisa llena de sangre, Así era Don Manuel con su trabajo, sus obligaciones y su puntualidad.
Pues bueno, ese Great country que curaba gratis a todos sin discriminar si eran británicos o extranjeros, ha tenido que cambiar mucho en los últimos veinticinco años. Debido a los abusos, hubo extranjeros incluyendo americanos con dinero, que iban a Londres a operarse y hasta sacarse los dientes, y el coste del mantenimiento de la National Health, empezaron a introducir medidas y recortes. Una de las primeras fue el copago de las medicinas. Cortaron por lo sano y se introdujo un canon de cinco libras esterlinas para todas la recetas, cualquiera fuera el coste de la medicina. Por supuesto no incluía a los jubilados, a los parados, a las madres embarazadas o a los niños. Todos los demás, a pagar. Recuerdo que fui una vez a una farmacia con una receta para unos antinflamatorios y el famaceútico me preguntó si lo quería por la receta, porque sin la receta solo costaba tres libras y cincuenta céntimos. Esto fue algunos años antes de venirme a España y ya llevo aquí diez y seis. Mi hermano, que solo lleva aquí tres años, me dijo que el coste de la última medicina que el pagó fue ya siete libras y media.
En España se ha armado algo de revuelo por las nuevas medidas en el pago por medicinas. Y nos quejamos sin fijarnos, como aquel del cuento, en el que viene detrás; Aquel sabio, que un día, tan pobre y misero estaba, que solo se sustentaba de las hierbas que cogía. ¿Recuerdan lo que comía el que venía detrás?. Pues así andamos. Yo ya he pagado por mis medicinas de tratamiento de larga duración. Me han salido por menos de cinco euros al mes. O sea  casi cinco cafés, cinco cervezas o cinco refresco, ya que todo vale un euro, al menos en mi pueblo. Creo que la salud es más importante.
Pero los socialistas están utilizando el copago como arma arrojadiza contra el Gobierno y sus medidas de recorte. Especialmente con la no asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles, incluyendo el llamado derecho al aborto. Sin papeles quiere decir ilegales y yo me pregunto: ¿Qué hace una persona ilegal en el país?. Y hay que recordarle al Partido Socialista que fueron ellos los que permitieron la entrada de miles de ilegales y los que no fueron capaces de deportarlos inmediatamente. Se basan en los sentimientos humanos, como la caridad hacia el prójimo, pero se olvidan de que la caridad, bien entendida, empieza por uno mismo.