Es posible que alguno de mis lectores no hayan oído nada de la vieja Pasionaria. Y que me perdonen por lo de "vieja", porque lo era a su muerte, en noviembre de 1989 con 94 años. Dolores Ibárruri Gómez fue una histórica comunista que se hizo famosa por sus arengas incendiarias a las tropas de la República durante nuestra guerra civil. Defensora de los derechos de la mujer, predicaba el "amor libre" con la atribuida frase de: "Tengo seis hijos y ninguno es de mi marido". Refugiada en Rusia después de la guerra, vivió en Moscú recibiendo por su dedicación al partido comunista la medalla de la Orden de Lenin y el Premio Lenin de la Paz. Posiblemente este premio le permitió vivir cómodamente y con holgura en un buen piso en el centro de Moscú, hasta su regreso a España en 1977 tras la muerte de Franco. Fue elegida diputada por Asturias en las primeras elecciones democráticas y ejerció hasta 1979, muriendo diez años más tarde y enterrada en el cementerio civil de La Almudena aunque, según dicen, en sus últimos momentos pidió la confesión y comulgó en la Fe en la que había nacido.
Pues la nueva Pasionaria he dedicad hoy un apasionado discurso en televisión, cuando le han pedido la valoración de su partido al mensaje del Rey. Ha aprovechado para arremeter contra el Rey, que según ella es del Partido Popular, y dedicar un virulento ataque contra el Partido responsable de los disturbios en Cataluña para pedir la dimisión de Rajoy y todo el Gobierno de la corrupción. Tampoco he tenido reparos en mentir descaradamente hasta decir que todos los organismos internacionales han criticado la "represión" policial contra los que les han atacado. Creo que se refería al Maduro, que trata con suaves guantes blancos a sus opositores.
Creo que vamos por buen camino, porque como decía Margaret Thatcher de sus opositores laboristas: "Mientras más hablen, mejor para nosotros". Podemos y su cúpula La Pasionaria, El Coleta, El Gafitas, El Billetero y El de la Sillita, están demostrando lo que son. Unos radicales que nos quieren llevar al pasado, cuando todo juntos queremos un futuro en paz y armonía. Por mi parte, prefiero que sigan hablando, mientras más barbaridades mejor, porque estoy convencido de que la gran mayoría de los españoles no queremos lo que pretenden ellos. Ellos solitos se van descubriendo.
