viernes, 5 de abril de 2019

LA PRECAMPAÑA ELECTORAL

Se la han saltado como un banderillero en apuros, se salta la barrera. Con la diferencia de que aquí, la barrera es la Ley Electoral. Pero no importa, las leyes las hacen los políticos, para que se cumplan, pero ellos están exentos de lo que regulan.  Así pueden prescindir del prefijo "pre" e ir directamente a "campaña", que según la ley no debería comenzar hasta el viernes próximo, o sea, a la doce de la noche del jueves  día 11, con la tradicional pega de carteles.
El viernes 12, Viernes de Dolores, nos levantaremos con nuestras ciudades y pueblos engalanadas con las fotos de los candidatos y los lemas de los partidos. Bonita manera de celebrar la Semana Santa en un País mayoritariamente católico.
Pero mientras tanto, todos los partidos han comenzado la campaña,  y como no se debe pedir directamente el voto, se han dedicado a descalificar al adversario considerado como enemigo. Cada uno a su manera, pero la manera del candidato del PSOE, es la más atípica, a la vez que la más cara de todas ellas. Para este candidato, que resulta ser el actual Presidente del Gobierno sin que nadie le haya votado, lo más importante es comprar los votos que nunca ha tenido. Para ello se ha dedicado a gastar el dinero de los españoles, no el del Partido, en decretos leyes para incremento ayudas de todas clases. Incremento de las existentes y algunas nuevas, que ya va rondando una buena cantidad de millones.
Ya sabemos que para contar con los votos necesarios para aprobarlos en el Parlamento, ha concertado un acuerdo con su compañero de Podemos y los que le ayudaron en la moción de censura a Rajoy. Al menos con ERC, PNV, Bildu y otros, a los que habrá tenido que darles lo que les hayan pedido. Que no será poco. Ya los economistas hablan d 28,000 millones de euros, que si gana las elecciones, no solo tendremos que pagar entre todos, sino que será la ruina económica de España. Y mucho peor, la destrucción de la Unidad de la Nación, como pretenden lo catalanes, quieren los etarras, querrán los gallegos, podrán pensar los castellanos y aragoneses y soñar los andaluces. Y diremos, como cantaba Juanito Valderrama: "Adios mi España querida...". 
Es cada día más evidente que la izquierda quiere volver a los años treinta del siglo pasado. Los que queremos una España con futuro lo tenemos muy claro. Como dice mi amigo Gracián: "No votar a partidos de izquierda, ni borracho. Hay que hacerlo por el único que nos ha sacado dos vece del caos de las izquierdas de González y de Zapatero y nos sacará de la de Sánchez.