jueves, 13 de diciembre de 2018

UN GOBIERNO ERRANTE

Doblemente errante. No solo por los errores que ha cometido desde su antidemocrática salida de una moción de censura para "Acabar con Rajoy y convocar elecciones", que se convirtió en permanente okupación del Palacio de la Moncloa, por las "hordas sanchitas", algunas de las cuales han tenido que dimitir, otras están en el ojo de mira de la Justicia y las demás andan errantes si tener sitio ni ideas fijas.
Y para colmo, el Presidente Sin Votos, como el Judio Errante, no solo anda por el Mundo buscando apoyo, ayuda, simpatía y también un cobijo, si llega el caso, sino que ha decidido celebrar los Consejos de Ministras y Ministros por toda la geografía española. Empezó por Sevilla y ahora quiere ir a Barcelona, para animar el comienzo de la entrañable celebración de la Navidad.
CASA LLOTJA DE MAR EN BARCELONA
Lo que no se sabe con certeza es si el haber escogido Barcelona, con lo que está cayendo, es un acto de reconciliación amistosa, un desafío a los separatista, una muestra de poder (aquí mando yo), un error imperdonable o una simple chulería. Lo cierto es que la polémica está servida y puede costarno muy caro.
No me refiero al costo del Falcón para el Presidente, de un Airbus para las Ministras y Ministros, asesores, secretarios y periodistas, autobuses para la retransmisión por TVE, (no creo que se fíe de TV3) y el transporte de la Guardia Civil, Policía Nacional o del Ejercito, para garantizar la seguridad.
José María Aznar ya ha preguntado si eso es necesario, cuando la Generalitat de Cataluña tiene 17,000 Mossos de Escuadra. Y por cierto, mejor pagados que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. El Gobierno Catalán ha dado el visto bueno a la celebración del Consejo en la emblemática Casa Llotja de Mar, pero también ha autorizado manifestaciones en contra. Los Mossos han asegurado que es un área muy difícil de controlar
Esperemos que todo transcurra con normalidad y no tengamos que recordar las Navidades 2018, como las más negras de nuestra Historia. Mejor recordarlas como White Christmas.