sábado, 30 de abril de 2016

LA FERIA DE SEVILLA

Un amigo catalán me envió un artículo de Javier Caraballo publicado en EL Confidencial, sobre la Feria de Sevilla y sus orígenes. Hay catalanes que se sienten orgullosos de que fuera otro catalán y un vasco los iniciadores del festejo, uniendo en una sola celebración las dos existentes ferias, la agrícola y la ganadera. Ya lo sabía, pero no está de más refrescar la memoria y agradecer al catalán Narciso Bonaplata y al vasco José María Ybarra, siendo concejales del Ayuntamiento Sevillano, la idea de proponerlo que fue aceptada y ratificada por la Reina Isabel II y permitió la celebración de la primera Feria el 18 de Abril de 1847. El año que viene se celebrarán los 170 años del festejo que ha sufrido muchos cambios a través de su historia.
Yo la conocì en el Prado de San Sebastián desde mi temprana edad, antes de empezar a estudiar el bachillerato en Sevilla. Mi padre nos llevaba a todos unos días a casa de mi abuela materna en el barrio de El Porvenir, a cinco minutos andando, y recuerdo cómo, después de pasar por la obligatoria calle del infierno, recalábamos en la caseta de su buen amigo el doctor Rafael Lancha, donde los mayores disfrutaban de una buena manzanilla, con gambas de Huelva, jamón de nuestra Sierra y aceitunas de Dos Hermanas y los menores de ua fresquita gaseosa. De eso se encargaba El Bomba, banderillero retirado, que con su esposa Manuela, servían a los invitados y cuidaban la casa del doctor en este pueblo. Cuando decaía el paseo de coches y caballos volvíamos casa de mi abuela y por la tarde mi padre nos llevaba al Circo, para que al terminar la función pudiéramos ver ya el alumbrado, antes de volvernos a casa, para dejarnos con mi abuela y volver ellos a la Feria nocturna.
Han Pasado muchos años y muchas ferias y de 19 casetas y tres día de Feria, comenzando siempre el 18 de Abril, hemo llegado a seis días y millares de casetas y una larga cola de espera para poder adjudicarse una. Hemos pasado del Prado de San Sebastián al mayor recinto ferial de los Remedios y existe el proyecto del traslado a un espacio aún mayor en el Charco de la Pava. Los seis días se han convertido extraoficialmente en nueve y la fecha de comienzo se ajusta para terminar en domingo. Y he  dicho extraoficialmente, porque de poco años atrás, se ha hecho costumbre no esperar al alumbrado del lunes y comenzar con la noche del pescaito, sino ya ocupar las casetas y el resto del recinto el sábado y el domingo, con la excusa de terminar de adornar las casetas, probar la comida y visitar la Calle del Infierno a precios más baratos.
Hoy leo, que el Ayuntamiento quiere someter a referendo público la idea de alargar la Feria de sábado a sábado, o sea, ocho días, con idea, supongo, de dejar el último domingo para el descanso del personal y abolir el "lunes de resaca". Parece que la consultas populares se están poniendo de moda en nuestra democracia, ya se habló de someter a referendo, la Semana Santa, con la idea de que se suprimiera.  No se ha vuelto a hablar del asunto que era, a todas luce, abocado a perderlo. El de la Feria está pensado con la idea de ganarlo. Vamos que los sevillanos tienen muy claro que quieren dos semanas. Primero la Santa y después la profana. Así que someter la idea a consulta popular sería una pérdida de tiempo y de dinero. Ya salen caras y bien caras al personal, esas dos semanas, para que encima haya que pagar unas votaciones. Ya tenemos bastante con las municipales, autonómicas y generales. Esta última, dos y no por el precio de una.