jueves, 5 de mayo de 2011

OTRO PASO DEL FEMINISMO





La Iron Maide, la Dama de Hierro, la primera mujer Primer Ministro (o ministra) del Reino Unido, la inolvidable Margaret Thatcher que manejaba a su Gobierno de hombres sin cuota de sexos, llegó a decir: "En cuanto se concede a la mujer la igualdad con el hombre, se vuelve superior a él." Es evidente que Zapatero no lo sabia cuando impuso la cuota de sexos y creó el Ministerio de Igualdad. De "Igual da", según Antonio Burgos. Ese Ministerio desde el que Leire Pajín trata, por todos los medios, de hacer a la mujer, no igual al hombre, sino superior. Es evidente que no somos iguales, gracias a Dios, pero de ahí a que sean superiores hay un abismo.


Se comenzó por la dichosa cuota de sexos que quisieron imponer hasta en los Consejos de la compeñías privadas. se continuó con el uso del genero masculino y femenino y después de muchas más chorradas, ahora se quiere imponer la Ley del Registro Civil, para dar a los padres y a las madres (aquí conviene aclarar) la oportunidad de decidir el orden de los apellidos al registrar a sus hijos.¿ Merece la pena perder tiempo, dinero y polémica en un asunto que no tiene la menor importancia comparado con la crisis, el paro , el terrorismo o la inseguridad ciudadana.?


En España siempre ha sido norma el dar a los hijos primero el apellido del padre y después el de la madre. Y nadie protestaba. Y además se podía cambiar el orden solicitandolo en el Registro. No se si era necesario hacerlo con abogados, jueces o pagando. Pero se permitía el capricho y fue famoso el cambio de los apellidos del primer nieto de Franco, que pasó a ser Francisco Franco y Martínez Bordiú. Y no pasó nada.


En Portugal se inscriben los hijos con el apellido de la madre primero y el del padres después. Y creo que tiene mucho sentido porque la madre es segura, pero el padre puede ser que no sea el marido de la madre. Creo que todo el mundo lo acepta y no pasa nada. En el Reino Unido, de ancestral régimen democrático y con todo el respeto a la mujer, esta pierde su apellido al casarse y toma el del marido, que es también el que pasa a los hijos, por lo que el de la madre se pierde.Y a nadie, hasta ahora se le ha ocurrido cambiarlo, a pesar de que esto tiene su problema, porque la mujer que se casa más de una vez, tiene que cambiar su apellido tantas veces como cambie de marido. Esto supone cambios en la Seguridad Social, en los bancos, en los seguros, el las cuentas, en los clubes y asociaciones. Mi mujer, que solo se ha casado conmigo, se conocía para todos los efectos como Patricia Girón, menos en el pasaporte español que conservaba sus propios apellidos. Recuerdo que cuando veníamos a España de vacaciones y había que rellenar aquellas hojas blanca que nos daban en el avión, siempre tenía que recordarle que tenía que firmar con sus propios apellidos y eso le ponía muy contenta porque las autoridades españolas respetaban su propia identidad.


Yo creo que tonterías, solo las necesarias, como dice la profesora de mi nieto. porque esta nueva norma o ley va a ser causante de muchas peleas matrimoniales y muchas confusiones posteriores, porque encontraremos familias en que dos hermanos se llamen Pepito Pérez López el uno y Juanito López Pérez el otro, con el consiguiente lío de familias. Pero también creo que hay otra idea detrás de todo esto y son los hijos de los mal llamados matrimonios homosexuales. Que si dos maricones quieren adoptar un hijo o recurrir al vientre de una mujer en arrendamiento, ¿qué apellidos le ponen?. Y en el caso de dos lesbianas, bien con otro hombre o por inseminación artificial tenemos el mismo problema. Y es que con las cosa naturales no se debe jugar. Dios hizo al hombre y a la mujer distintos y a esta le dio el maravilloso don de la procreación que solo ellas posen, aunque el hombre ponga su semillita. Por eso, podremos tener los mismos derechos, pero afortunadamente, no somos iguales. De lo cual, me alegro.


A ver si acabamos de una vez con la dictadura socialista y volvemos a la realidad, dejándonos de inventos nuevos innecesarios, polémicos y extravagantes, con los que pretenden que olvidemos la desastrosa situación de España. Pregunte usted a cualquier familia sin trabajo qué apellido le quieren dar a un hijo.


Cariño entre ministros y ministras