sábado, 22 de abril de 2017

MI EXPERIENCIA DE EXPO-92

Foto oficial de la familia Real y del Presidente de la Junta
Hasta hoy no he podido usar el ordenador, porque precisamente el día 20, mientras se celebraba en Sevilla el XXV Aniversario de la inauguración de la ESPO-92, me estaban operando  una catarata, Aunque a medio día estaba en casa, me recomendaron no forzar la vista por varios días. Siempre he sido obediente a las instrucciones de los médicos porque creo que si se siguen y no sale bien, es culpa de ellos, pero si no se siguen es culpa de uno mismo. Ayer pasé la primera revisión y ya me han dicho que puedo hacer mi vida normal sin excesos. Así que voy  empezar a escribir despacio.
Como el día de la inauguración, lunes 20 de abril, en el Reino Unido se celebra el Eater Monday como fiesta oicial y nos habían invitado a la inauguración de dos pabellones distintos, Patricia y yo nos vinimos el Jueves Santo con tiempo para salir en el Gran Poder (en las parejas nombradas por antigüedad ya muy cerca del paso porque esa vez y otra vez más, ya me correspondía la pareja número uno). Pasamos cinco día inolvidables y el martes otra vez a Londres.
Pabellón de Galicia
Nos habían invitado Don Manuel, entonces Presiente de la Xunta de Galcia, a su pabellón y Mr.Brian Ivori, Assistant General Commissioner of the British Pavillion, Expo-92. La primera dirijida a Rafael Girón y Señora y la segunda a Mr and Mrs Girón. Por si no lo saben los ingleses (acusados de machistas), le hacen perder a las mujeres su propia identidad y al casarse, toman el nombre del marido. Para que se entienda, el pasaporte y DNI español de mi mujer decía Patricia Delahay Griffith que suena a exrajera y el británico que no tienen DNI, decía solo Patricia Girón, que suena a española. ¿Se figuran el problema de una mujer, viuda o divorciada, que se case más de una vez? Conocí a una que se había casado cinco veces y el quinto había fallecido. No llegué a saber si había encontrado el sexto.
Pabellón del Reino Unido
De aquellos cinco día tengo muy buenos recuerdos. Los días de la Semana Santa, a la que no asistía desde hacía mucho tiempo, la emoción de ir una noche entera delante del Gran Poder, la ducha y el desayuno sin tiempo para descansar, la entrada de la Macarena, la corrida del domingo y las verónicas de Curro. 
El lunes la inauguración, entrada restringida solo a los invitados y muchos sin invitación intentado entrar, La ceremonia, lo discursos, magnífico el del Rey Don Juan Carlos, los paseos por las avenidas cubiertas de verde y el agua polvorizada que refrescaba el ambiente. Fuimos primero al Pabellón Británico, nos encontramos allí con Don Manuel y algunos amigo y políticos ingleses y después de un par de wiskies, Don Manuel nos dijo que si queríamos acompañarle para la inaugurar del Pabellón de Galicia. Allí nos fuimos, mucha gente conocida, albariño, ribeiro, rioja, el bierzo y, por supuesto jerez. A Don Manuel le gustaba el jerez. Tuve el honor de comer algunas veces a su lado y en el Reino Unido y en España tomaba jerez como aperitivo. Recuerdo una comida a su lado durante el Congreso que se celebró en Sevilla que solo bebió jerez, fino primero, amontillado con la comida y un palo cortado con el postre, para terminar con un brandy Lepanto de Gonzalez Byss. (Paco Valencia, gerente de la oficina en Londres, lo había hecho popular durante la embajada de Don Manuel).
En las vacaciones de agosto de aquel año, hicimos varias visitas para ver todo lo que no pudimos ver en un día. Pero la inauguración fue algo glamoroso, impresionante, distinto e inolvidable. Hasta aquí los bueno recuerdos de ese evento que puso a Sevilla en el mapa internacional de ciudades importantes. Los malo recuerdos los dejo para otro día, porque son de antes y después de ese día y no quiero mezclar lo bueno con lo malo. Mejor separado. Además no empañaron en absoluto el éxito de la Expo, aunque si lo leen, podrán entender mi malestar por algo que podría haber contribuido positivamente en vario aspectos.