sábado, 13 de diciembre de 2014

LA LEY DE SEGURIDAD CIUDADANA

El jueves se aprobó en el Congreso la esperada Ley de Seguridad Ciudadana. Después de más de un año de la presentación del proyecto y el estudio y debate de más de 300 enmiendas presentadas por los partidos de la oposición, fue aprobada con los votos a favor del Partido Popular (que para eso le dimos mayoría). Los socialistas ya han dicho que cuando lleguen al poder, la derogarán. La han tachado de todo. Lo más original de "ley mordaza", y para demostrarlo los diputados d Izquierda Plural, que más bien es "singular", han posado de pie y amordazados en sus escaños. Pues es una lástima que no estén así siempre, por aquello de "calladito estás mejor". Usted que me lee, ¿Ha oído a Gaspar Llamazares o Cayo Lara decir o hacer algo sensato?. Yo no. Solo oponerse a todo, sea lo que sea.
La consigna de Zapatero de "todos contra el PP", prevalece todavía y, como no podía ser menos, en las filas socialistas, que dicen a todo que no y que si democráticamente se aprueba, lo anularán cuando lleguen al poder. ¿Cuando lleguen al poder? Si llegan, porque a este paso y con lo que está cayendo necesitarán a IU y a Podemos, con lo que estarán vendidos a la izquierda más radical que llevará España a la ruina. Claro que si eso es lo que quieren los ciudadanos (me niego a decir "ciudadanía", que me recuerda a la revolución francesa de la guillotina), se lo tendrán merecido ya que "los pueblos tienen el gobierno que se merecen". Somos muchos los españoles que no merecemos que nos gobierne una izquierda radical, totalitaria, comunista, antipatriótica y antirreligiosa, que ya nos llevó a una cruenta confrontación entre los españoles y a la que pasamos página en la Transición. 
"Me duele España", decía Unamuno ante la caótica situación política de la España al principio del siglo XX. A mi tambén y mucho más después de haber vivido fuera de ella y volver para encontrarla otra vez dividida. ¿Es que los españoles no podemos vivir en paz?. Pues mire usted, a mi  no me gustaría marcharme otra vez, sobre todo por lo que me quede de vida, que a mi edad no puede ser mucho, pero como decía José Mota, "Si hay que ir, se va".
Nunca, en mis treinta y cuatro años en el Reino Unido, recuerdo ningún debate en el Parlamento sobre ninguna Ley de Seguridad Ciudadana. De eso se encargaba la Policía. Una policía que no llevaba armas y a la que se respetaba hasta cuando te ponía una multa de tráfico. Matar a un policía era suficiente delito para ser condenado a la horca. Después vinieron los Derechos Humanos y se abolió la pena de muerte, pero entonces se empezaron a ver a policías con chalecos antibalas y metralletas, sobre todo en los aeropuertos, con motivo de las amenazas terroristas. Pero la Policía tenía siempre el respaldo del Gobierno y cuando tenía que usar los caballos y los vergajos, los usaban con eficacia y nunca oí de ningún policía expedientado por abuso de fuerza. Al revés, el ciudadano de a pié los apoyaba incondicionalmente. Insultar a un policía era ya suficiente delito para que te metieran en una de esas furgonetas que llamaban "black maría" y te llevaran a la comisaría más cercana. De lo que allí pasara, nadie se enteraba. 
Uno de los argumentos que la oposición enarbola es el problema de la inmigración, sobre todo el asalto a las verjas de Ceuta y Melilla. ¿Es que no vamos a poder defender nuestro propio territorio? Ya sería el colmo de la cobardía. Tenemos el triste ejemplo del Sahara y la invasión mora que se permitió. Si se hubiese evitado, posiblemente ahora el Sahara sería una nación libre e independiente, amiga de España y con el español como lengua oficial. ¿Podríamos permitir lo mismo a nuestras ciudades del norte de África?. Pues por el mismo procedimiento podríamos invadir Gibraltar, que si nos pertenece y es, y fue siempre, parte de España. Pero eso no está bien y, como decía Franco "no merece la sangre de un solo soldado español". 
El señor Sánchez, con permiso de Susana Díaz, debería mostrar un poco de sensatez política y dialogar, consensuar y respaldar al Gobierno, si quiere que un día tengamos un Gobierno socialista moderado y centrado que sea una buena alternativa para todos los españoles y pueda hacerlo sin que el ciudadano de a pie, casi no se de cuenta de la diferencia. La alternancia de partidos siempre es buena, porque el que llega al poder siempre podrá mejorar lo que ya se ha hecho. Lo que es inadmisible es llegar al poder y abolir o derogar todo lo que se haya hecho por la simple razón de que lo hizo "el enemigo". El enemigo, señor Sánchez, lo tiene usted detrás. En su propio partido. Al otro lado del hemiciclo tiene usted adversarios político, que no es lo mismo, que están abiertos al diálogo en todo lo que sea para una España mejor.