domingo, 7 de noviembre de 2010

EL PAPA EN ESPAÑA



De la visita que Su Santidad el Papa Benedicto XVI está realizando a España, no hace falta comentar, ya que la televisión, la radio y la prensa, le están dando amplia cobertura, con comentarios, vídeos, fotos y artículos, así como una minuciosa narración de cada paso que da el Pontífice, ayer en Galicia y hoy en Barcelona.
Pero hay algunos aspectos que si me han llamado mucho la atención y que conviene recordar. Ya desde al avión. antes de pisar suelo español, el Papa denunció la "agresividad de los gobiernos contra la religión católica en todo Occidente y especialmente en España, donde ha nacido un anticlericalismo, un laicismo y un secularismo fuerte, que ya se vio en la década de los años treintas".
Y de eso debe saber un rato; nacido en Alemania en 1927, vivió de niño la persecución de la Iglesia en la Alemania nazi, los horrores de la Guerra Civil Española y, los no menos horrores, de la II Guerra Mundial, en la que tuvo que servir, en lo últimos meses, como auxiliar de servicios antiaéreos.Todo esto le fortaleció en su fe y en 1946 entró en el seminario para ser ordenado sacerdote en 1951.
Ya hemos visto como en Santiago de Compostela le han recibido los Principes de Asturias, que le han acompañado en casi todos los actos, se ha reunido con el Presidente del Partido Popular y su señora y también con el Vicepresidente del Gobierno, aunque parece que este se ha colado a última hora. El pueblo gallego ha demostrado con creces su cariño y devoción al Papa y su firme religiosidad.
Hoy le ha tocado Barcelona en donde le han recibido sus Majestades los Reyes, que le acompañarán durante el día y le despedirán al pie del avión. La santificación para el culto del Templo de la Sagrada Familia será un acto que los catalanes no olvidarán facilmente. La majestuosidad. la elegancia, la esbeltez y el significado de esa obra es algo que pasará a la posteridad como una maravilla arquitectura religiosa. Yo lo vi hace varios años, solo por fuera, estando en obras y es algo que me gustaría tener la oportunidad de admirarlo terminado totalmente.
En Barcelona tendrá una entrevista con los Reyes y con el Presidente del Gobierno. Entrevistas privadas de cuyo contenido no dirán nada ni el Papa, ni los Reyes, aunque Zapatero, siguiendo su costumbre, dirá lo que le convenga decir.
Y este es el segundo punto que me ha llamado la atención. ¿Porqué nuestro Presidente no le recibió en Galicia y le acompañó en algún acto religioso, allí o en Barcelona?,¿Porqué nuestro Presidente se fue a Afganistan a hacerse la foto con chaleco antibalas, que si no estamos en guerra no sería necesario?, ¿Porqué se llevó a sus admiradoras las ministras Carmen Chacón y Trinidad Jiménez?,¿Porqué dejó para última hora la entrevista con el Papa?.
No hay que ser mal pensado, Se fue a Afganistán para quitarse de en medio y no asistir a los actos religiosos. Prefiere hacer oración con Obama en el desayuno, que no visitar al Patrón de España en su año Jubilar y rezar con los españoles. Tengo entendido que es el único presidente de la democracia que no ha ido a Santiago en año Jubilar. Se llevó a las ministras para que le hicieran compañía en la foto con los chalecos y quitarlas también de en medio, ya que la Ministra de Defensa es catalana y le hubiera gustado, supongo, estar en Barcelona. Y en cuanto a dejar la entrevista para los últimos minutos tiene una sencilla explicación: Quería que fuera corta para no darle tiempo al Papa a que le hablara del aborto, de la Alianza de Civilizaciones, de la Memoria Histórica, de la Educación para la Ciudadanía, de los matrimonios homosexuales, de la violencia de género, de los Crucifijos en escuelas y lugares públicos, de los racionalismos y de la nueva Ley de Libertad Religiosa que están preparando.
Después de lo que hemos visto en Galicia y estamos viendo en Cataluña, el Presidente debe darse cuenta de que España, aunque no le guste, es un país católico y las creencias de los ciudadanos deben respetarse. A ver si se entera de una vez y se olvida del pasado, para mirar a un futuro, que empezará a enmendarse cuando el se vaya.