viernes, 14 de enero de 2011

SIN MISAS EN LA UNIVERSIDAD DE BARCELONA


Las autoridades de la Universidad de Barcelona, han prohibido la celebración de Misas en la Capilla universitaria. Al parecer algunos activistas radicales ha llegado a amenazar a los asistentes y las autoridades de la Universidad, ante la impotencia para proteger a los amenazados, ha claudicado a la demanda de los radicales y cedido a sus peticiones. Bonita manera de defender los derechos a la libertad religiosa que se supone disfrutamos en España.
Una tuerca más en la campaña que el Gobierno de Zapatero mantiene contra la religión católica, que es la practicada por la gran mayoría de los españoles, que tenemos el orgullo de haberla propagado por todo el mundo. dándole imnumerables Santos y Màtires.
Pero esta campaña contra la iglesia católica comenzó en el momento en que los socialistas llegaron al poder en 1982 y se ha ido recrudeciendo al cabo de los años, llevando el camino de volver a los tristes y trágicos acontecimientos que provocaron la Guerra Civil. Mi memoria histórica me lleva a Londres en los años inmediatos al gobierno socialista de Felipe González.
En aquellos tiempos de la Transición, las Consejerías Laboral y la de Educación de la Embajada de España en Londres estaban ocupadas por Guillermo Garcia Pasigli y Jesús Laguna respectivamente. Ambos nombrados por el Gobierno de Franco; el primero funcionario del Ministerio de Trabajo y el segundo Inspector de Educación. Muy poco tiempo después de la caída de la UCD y el triunfo del PSOE, las cosas empezaron a cambiar. García Pasigli volvió a Madrid al Ministerio, a un despacho sin competencias esperando que le llegara la jubilación y Laguna volvió a su puesto en Pamplona. Los nuevos consejeros nombrados fueron, ya empezaban las cuotas de sexo, un hombre y una mujer. Ambos procedentes de altos cargos del PSOE de Madrid.
El Colegio Español Vicente Cañada Blanch de Portobello Road, era responsabilidad de ambas Consejerías; El edificio, que comprendía la Casa de España y el Club de los Jubilados, era de la responsabilidad del Consejero Laboral y la actividad docente de la Consejera de Educación.
El edificio, que lo había comprado y donado Don Vicente Cañada siendo embajador Don Manuel Fraga, había sido un convento de una orden religiosa católica y tenía, como es natural, la correspondiente capilla para los cultos y la oración. Allí se celebraban Misas los domingos y festivos y acudían libremente los alumnos y los padres, mas los españoles que vivían en aquella zona. Al poco tiempo de llegar el nuevo Consejero, se acabaron las Misas y la Capilla se convirtió en Biblioteca. Menos mal, dentro de lo malo, porque podía haber sido peor. La piedra de mármol del altar, magnífica pieza de buen mármol, se quiso destinar para la mesa de comedor del Consejero, que vivía en uno de los céntricos piso que la Embajada destinaba, perfectamente amueblados y condicionados, para los Consejeros. Se encontraro con el ara del altar que sería un agujero cuadrado en medio de la mesa y que si se acortaba, cortando la parte del centro, perdería el valor al convertirse en dos pedazos, demasiado pequeños para una mesa de comedor. La tapa de mármol volvió a su lugar de origen y tuve ocasión de verla, almacenada entre una estantería y la pared.
Este fue el segundo episodio del Consejero. El primero fue todavía más significativo de los socialistas. Cuando quiso enviar a su hija al colegio católico de Bronton Road, al que acudían casi todos los hijos del personal de la Embajada, no la aceptaron porque no estaba bautizada y los padres, que no estaban casados, no eran católicos practicantes. Entonces acudió a los Padres Paules, que tenían casa en Londres, para que le dieran un Certificado de Bautismo. El Superior de la Orden se negó, ya que los padres, que no querían bautizar a la niña y ese documento no se falsificada. El Consejero aprovechó un viaje a Madrid y volvió con el correspondiente Certificado de Bautismo, emitido por una iglesia de Madrid, que el Colegio aceptó para el ingreso de la niña. ¿Se puede concebir semejante desfachatez, falta de ética y enorme hipocresía?
Han pasado más de veinticinco años y los sociliastas han aumentado y extendido su aversión a la Iglesia Católica y no cesan de inventar cortinas de humo, pero no de tabaco; para que nos olvidemos de los parados, de la crisis, de la invasión por tierra, mar y aire de los británicos en Gibraltar, de los pobres y desamparados saharauis, del Embajador que nos envía el rey moro, de los comunicados de la ETA, de los recortes al presupuesto de las Fuerzas Armadas y de tantos y tantos asuntos que nos preocupan a los españoles y que están empañando y deteriorando la imagen de España, en el exterior y dividiendo, enfrentando y avergonzando a los españoles.


Patio del Colegio Cañada Blanch y Capilla con su torre