sábado, 26 de febrero de 2011

110 Kms POR HORA.




El Mago de la economía, el que da las soluciones a los problemas antes de que estos aparezcan, el que quiere seguir en el poder "sea como sea", el que quiere adelantarse a todos los países europeos, nuestro Presidente del Desgobierno, se ha sacado una solución para contrarrestar la crisis del petróleo que se avecina. No creía en la crisis económica hace casi tres años y ahora se adelanta a otra posible crisis,
Ha tenido la peregrina idea, anunciada por el Vicepresidente Primero, de reducir la velocidad máxima en autopistas y autovías de 120 Kms. a 110 Kms. Parece ser que con esa medida se reducirá el consumo de gasolina un 15%. Pero no creo que hayan tenido tiempo de sopesar las consecuencias, de consultar con expertos, de hacer cálculos matemáticos o consensuar con partidos político o institucione del gremio. Ordeno y mando. al más puro estilo dictatorial al que está acostumbrado este Gobierno en su afán de proteger a los ciudadanos. No fume, no beba, no haga ruido, no corra. Muchas normas, muchas prohibiciones, muchas leyes y después, cada uno hace lo que le da la gana, porque tampoco hay la policía necesaria para mantener la Ley y el Orden. Claro que si la hubiera, a lo mejor podíamos salir de la crisis con el dinero recaudado en multas que paguen los pobrecitos ciudadanos que no tengan amigos en los organismos.
Recuerdo la primera reducción de la velocidad en una de las múltiples crisis petroleras, allá por los años setentas. En el Reino Unido la velocidad en autopistas se redujo a 50 millas por hora. Eso es, a 80 Kms. que fue la reducción en el resto de Europa. No fue necesario incrementar la plantilla de la policía de tráfico. Los conductores, con un respeto riguroso al gobierno y una patriótica obediencia a las normas, acataron la orden y, con excepción, como siempre, de algún loco o inconsciente que se pasaba, y que tenía que soportar una protesta de pitidos de los demás conductores o que alguno se le pusiera delante y no le dejara pasar. Lo vi todos los días en la autopista M4, de tres carriles en cada dirección, que me llevaba de mi casa a la oficina en Londres.
Aquel verano, en mis vacaciones en España, donde también se había reducido la velocidad, pude comprobar que eran montones de conductores los que corrían más de la cuenta, cuando no veían ningún coche de la Guardia Civil. Entonces no había radares chivatos. Pero para colmo de la chulería, pude ver algunos coches con una pegatina en la parte de atrás, que decía:" Si el Gobierno no puede, yo si". Excelente educación ciudadana.
Ya veremos que pasa a partir del 7 de marzo.