domingo, 12 de febrero de 2012

LA TESIS DE CAMPS

El viernes, Francisco Camps leyó su tesis para el Doctorado en la Universidad Miguel Hernández de Elche, que el mismo había había apoyado en el Gobierno de Eduardo Zaplana. La tesis, sobre la reforma electoral y la regeneración democrática, consiguió un sobresaliente "Cum Lauden" e inusitada cobertura en los medios incluyendo las redes sociales. También polémica a la puerta de la Universidad donde algunos jóvenes le increparon con insultos como "sinvergüenza", "chorizo" y "corrupto". Así es España. Unos defienden al  Exjuez Garzón que ha sido condenado por el Tribunal Supremo y otros insultan al Expresidente de Valencia, que ha sido absuelto por otro Tribunal. ¿O son los mismos?. 
Y es que se ha perdido el respeto a la Ley, porque hay quién piensa que democracia es "hacer cada uno lo que le de la gana". Y no es así. En democracia se elige un Gobierno por los ciudadanos, estos hacen las leyes y estas hay que cumplirlas, nos gusten o no nos gusten y, como decía Don Manuel (qepd), "Si no sirven se pueden cambiar". Recuerdo un día en Sevilla, el primer verano después de la muerte de Franco, que tomando un autobús en la Plaza Nueva, una señora, bueno, una mujer, le dio un empujón a la mía para subirse sin respetar la cola. Cuando le recriminé, me contestó: "Pues empujo, que para eso estamos en democracia", Viviendo entonces en el Reino Unido, donde no se empuja en las colas y hay respeto, pensé que si eso creían  los españoles, mal podríamos terminar. 
Pero volvamos a la tesis. Estoy completamente de acuerdo con Camps, aunque todavía no he podido leer la tesis, en que hace falta una reforma de la ley electoral y una regeneración democrática que se base en los principios fundamentales de la ética y la moral, A mi me parece mejor el sistema británico, aunque también tiene sus detractores, especialmente aquellos que consiguen votos pero no escaños y piden la "proporcional representation" Es decir, como en España. 
Hay una diferencia abismal. Aquí votamos a los partidos en listas cerradas. En el Reino Unido se vota a los candidatos directamente con lo cual el candidato electo se debe a sus votantes y no al partido. Esto permite que haya parlamentarios que ocupen sus puestos por años, porque mientras le sigan votando, el partido no los cambia y esto les da un conocimiento de los problemas de su distrito a la vez que una experiencia política y humana y la confianza de sus electores que tienen ocasión de conocerle personalmente.
Si en España dividimos el número de españoles,  47,190,493 según el censo del 1 de enero del 2011, por los escaños del Congreso de los Diputados,resulta que a cada Diputado le corresponden 134,830 ciudadanos. Sería cuestión de dividir el País en 350 distritos, para que cada distrito elija a su Diputado. Esto quiere decir que la provincia de Madrid tendría 49 distritos, la de Barcelona 41 y la de Huelva 4, de acuerdo con el número de habitantes. Y de esos distritos, a Madrid capital le corresponderían 24, a Barcelona 12 y a Huelva 1. Me voy a centrar en Huelva que es mi provincia y así nos entendemos mejor. Huelva tiene 148,918 habitantes, que es un poco más de un distrito y los otros tres diputados que le corresponde se podrían dividir entre el Condado, la Costa y la Sierra. Me centro en la Sierra que comprende  desde Encinasola y Rosal de la Frontera, hasta Santa Olalla y Cala. Cada partido presentaría un candidato que se encargaría de pedir el voto a sus electores, en el Reino Unido lo hacen casa por casa, con lo que tienen ocasión de conocer personalmente a sus votantes. Una vez elegido no pierden el contacto con sus electores, puesto que mantienen una oficina abierta a la que pueden acudir los ciudadanos, previa estricta cita, a plantearle sus problemas.
Espero poder leer la tesis de Francisco Camps y creo que, de momento, ya somos dos los que defendemos la misma idea dentro del Partido Popular. ¿Habrá más?. Hay tantas cosas que reformar, que se llevará tiempo, porque se está empezando por las más urgentes y esta tiene todavía casi cuatro años por delante.