jueves, 23 de junio de 2011

LA PLAZA DE TOROS



No suelo contestar a los comentarios que se hacen a las entradas en este blog, aunque sean ofensivos, porque, al menos, indica que alguien lo ha leído. Pero me he encontrado un comentario, por supuesto anónimo, que parece que me culpa a mi de la situación del Casino y de la Plaza de Toros. Bueno, es una opinión, pero lo que no puedo pasar es su comentario sobre "los girones, y en especial la mención a mi primo Francisco, el Cura Girón, que tanto hizo por nuestro pueblo y sus gentes. El mismo"anónimo" me reta a que después de haber escrito sobre el Casino, lo haga sobre la Plaza de Toros. Pues sin que sirva de precedente, le voy a complacer.



Domingo Fal Conde, en su libro "Para la Historia de Higuera de la Sierra", nos cuenta que existía una Plaza de Toros en el mismo lugar que la actual y que fue derribada en 1887. En aquellos años el pueblo contaba con una floreciente industria taponera, creándose una sociedad con 30 accionistas que aportaron 1,200 reales de vellón, comenzando la construcción de una nueva Plaza que se terminó en 1989. Costó un total de 40,779 reales de vellón y la construyó el maestro albañil Juan Correa.



Para los curiosos conviene aclarar que dos y medio reales de vellón eran igual a un real de plata que era la moneda que empezó a circular en Castilla en el siglo XIV y se extinguió a mediados del siglo XIX. Suponemos, que como actualmente, se seguiría contando y calculando en reales de vellón hasta años más tarde, como todavía hablamos y hacemos cálculos en pesetas. El Real tenía 3,5 gramos de plata.por lo que el real de vellón equivalía a 1,4 gramos de plata. El gramo de plata vale actualmente unos 600€ el kilo, o sea que el real de vellón sería 0,84 céntimos de euro o 167 pesetas. Quiere decir que la aportación de los 3o socios equivaldría hoy a más de 200,000 pesetas.



En la foto que han visto arriba, que no se de qué año es, aparecen los socios en su palco. Por supuesto ninguno vive, pero todavía se pueden reconocer alguno de ellos. Marca una diferencia enorme con la foto que pueden ver abajo, mucho más moderna y donde se pueden ver socios con señoras y niños. El Palco de los Socios se construyó con el calculo de 3o asientos uno para cada accionista. Hoy en día continua reservado para los socios, herederos de aquellos treinta hombres que pusieron un dinero para satisfacer su afición a la fiesta y dejar una bonita plaza para la posteridad.



En el verano de 1997, después de la celebración del Festival de la Sierra, el secretario de los socios, que llevaba la contabilidad y los libros, Don Crisanto García Díaz y mi primo el sacerdote Francisco Girón Fernández vieron, que dado el estado de la Plaza, iba a ser imposible que le concedieran permiso para más festivales. Las regulaciones habían cambiado y la Plaza no reunía las más elementales. Hay que decir que en la lista vigente aquellos años, mi primo Francisco aparecía con 2 accionnes. De estas, una la había recibido en herencia de su tío Don Manuel Fernández Ordoñez y otra de nuestro abuelo Don Francisco Girón Pineda. Me pidió que le ayudara en el plan que tenían para dar solución al problema de la Plaza como heredero también de nuestro abuelo. Acepté y me encargué de convocar las reuniones, tomar notas y redactar las correspondiente actas, lo que hice con mucho gusto.



Se celebró la primera reunión de los accionistas el 5 de octubre d 1997 y se propuso ceder por un periodo de tiempo las acciones al Ayuntamiento, que se encargaría de mantener la Plaza, resenvando a los accionistas el derecho a su asiento en el Palco de los Socios. Después de varias reuniones, muchos debates y muchas opiniones se fue reformando el documento original que termino siendo una cesión del usufructo de la Plaza de Toros al Ayuntamiento por un periodo de 35 años, con las condiciones de mantener la Plaza para el uso a que estaba destinada, reservar el Palco para los accionistas y la posibilidad de renovar el contrato. Se aprobó por mayoría, pero hubo algunos socios, que no voy a nombrar, que no estuvieron conformes. En el año 2,000 y ante notario se firmó, por los socios conformes, la correspondiente escritura de donación y aquí se acabó la historia. Resumiendo, que la Plaza de Toros, renovada, remozada y adaptada a las normativas oficiales, está donada al Ayuntamieno en usufructo por la mayoría de los socios accionistas menos por aquellos que rehusaron firmar las escrituras y, por lo tanto coservan la titularidad de sus acciones. Pero esto ya pertenece al ámbito privado y por lo tanto no puedo decir más. Solo, y esto es personal, agregar que la acción de mi abuelo, cuyos herederos somos los Girón Morales, los Girón Fernández y los Girón Mantero, está perfectamente controlada por acuerdo de todos familiares. También me gustaría recordar a aquellos herederos de acciones, que acuerden entre ellos lo necesario, para que el día que la Plaza vuelva a sus actuales propietarios, no tengan líos de familia.



Si esto está mal hecho, bien hecho o regular, los responsables son el Ayuntamiento, como receptor de un edificio para un bien común, lo socios que firmaron y los que no firmaron. Al resto del personal y, especialmente al "anónimo" del comentario, les deben traer sin cuidado, ya que el asunto no es de su incumbencia.