lunes, 28 de agosto de 2017

YO SI TENGO MIEDO


Ayer a estas hora estaba pegado el televisor que transmitía la gran manifestación en Barcelona. La pancarta que abría la marcha se los miles españoles que acudieron (por supuesto en catalán), podría significar que los manifestantes no tenían miedo. Estaba claro que con la seguridad que nos dan las Fuerzas y Cuerpos del Estado y las personas que escoltan a las muchas personalidades que asistían a la misma, era prácticamente imposible un atentado terrorista. 
Me acordé de un viejo chiste de un 18 de Julio, hace muchos años, en la Plaza de Oriente. Un agricultor que venía del campo con una bomba de agua dentro de un saco, se vio envuelto en la anual manifestación y un policía le preguntó qué llevaba en el saco. El hombre, asustado, contestó que llevaba "agua", al policía le pareció que no era muy normal llevar agua en un saco y comprobó que era una bomba para sacar agua. Le recriminó al pobre hombre que no se lo hubiera dicho desde un principio y este le contestó: "Es que si digo bomba no me deja usted tiempo para decir de agua".
Dicho esto, tengo que confesar que Jo si tinc por. Y mucho pavor.
Porque ayer se demostró que hay dos Españas. La que muchos amamos como nuestra patria y daríamos todo por ella, ¿Recuerdan los cuarteles de nuestros soldados "Todo por la Patria"? Pues eso. La otra es la que los propios españoles quieren destruir. Ya lo dijo el Mariscal Otto Von Bismarck: España es el país más fuerte del mundo, lleva siglos queriéndose destruir a si misma y todavía no lo ha conseguido. Siendo prusiano y artífice de la unión de Alemania con Prusia, debía saber muy bien que "la unión hace la fuerza", lema adoptado por Bélgica después de la revolución de 1830.
La manifestación del sábado fue una muestra más de lo que Ortega y Gasset mostraba en su "España Invertebrada", que ya en 1922 veía el peligro del separatismo y el regionalismo, junto a la falta de "una minoría ilustrada e incapaz de tomar decisiones firmes y eficaces".
Hubo de todo. Desde vivas a España a pitos al Rey, desde banderas de España a catalanas y hasta republicanas, desde llamadas a la unidad a voces separatistas, desde pancarta por la unidad a las de rechazo a la venta de armas. Como siempre, mezclado las churras con las merinas, para confundir al personal.
Me dio miedo y pavor lo que pueda pasar en los próximos meses. La división entre los españoles es tan evidente entre los partidos con representación parlamentaria y entre las diferentes tendencias dentro de cada uno de ellos que dejan solo al Partido Popular como el único referente de unidad democrática. Por eso, todos contra él. El verano ha sido caliente, pero el otoño puede serlo más. En vez de ayudar al Gobierno a resolver los problemas de unidad,  paro, terrorismo, economía y reformas, se pretende perder el tiempo en atacar al Presidente (otra vez) con el caso Gürtel y a los ministros con otras escusas, tan importantes como preguntar a la Ministra de Defensa sobre la Guerra de 1936. Como si ella, que nació en 1965, tuviera algo que ver con el conflicto. 
La pancarta más llamativa, inadecuada y hasta irrespetuosa, decía: "Felipe, el que quiere la paz no trafica en armas". Totalmente fuera de lugar. Las armas usadas por los terroristas fueron unas furgonetas, fabricadas en España o en el extranjero, que son armas de trabajo y no de guerra. Su Majestad el Rey Felipe VI de España, tuvo la valentía y la dignidad de aguantarlo todo sin despeinarse.