miércoles, 17 de marzo de 2010

POR QUÉ NO DOBLAN LAS CAMPANAS





Una de las primeras películas que vi en Londres, después del "El Cid" que estuvo en el mismo cine durante más de un año, fue "Por Quién Doblan Las Campanas" Magníficamente interpretada por Gary Cooper e Ingrid Bergman y basada en la novela de Hamingway del mismo título. Nunca la había visto anunciada en España. Estrenada en 1940, es posible, no lo se con certeza, que hubiera sido censurada en una época en que se estrenaban películas como "Raza","A mí la legión", o "El Alcárzar No Se Rinde". Después la he vuelto a ver más de una vez en la televisiones británicas, por supuesto en versión original, y no he querido verla en España, para no desepcionarme con el doblaje, que nunca puede imitar la voz de los actores originales. Tuvo tanto éxito en EE.UU que consiguió nueve nominaciones para los Oscar. consiguiendo uno a la mejor película y otro por la mejor actriz secundaria.
Realmente el título de este comentario no tiene nada que ver con la película, aunque se parece, y por eso me la ha recordado.El comentario se basa en que en mi pueblo ya no doblan las campanas, ni repican, ni llaman a Misa, ni a niño perdido, ni siquiera a fuego. Se han quedado mudas. No me he enterado hasta que he visto en el Foro Higuera de la Sierra, una serie de comentarios, contradictorios, desinformados, con intenciones partidistas y tratando de descalificar a la Corporación Municipal. He preguntado a la autoridad competente, en este caso el Párroco, y resulta que debido a las heladas, la pertinaz lluvia y el viento, los ejes que sujetan las campanas y las piezas de madera que permiten el volteo, se han deteriorado de tal manera que corren peligro de salirse de sus emplazamientos y causar un grave accidente. La cuestión está en manos del Obispado para proceder a la reparación correspondiente, pero como no es solo el Obispado, sino el Patrimonio y la Delegación de Cultura de la Junta, no sabemos cuanto tardará la reparación.
Es de notar que nuestra Iglesia necesita una buena reparación. Ya se hizo hace algunos años un estudio completo que suponía varios millones (pesetas por supuesto) que se podrían repartir entre el Obispado, el Ayuntamiento y los feligreses. Se arregló el tejado y la parte alta de la torre y con un poco de dinero más se hubiera podido arreglar el campanario. Pero no se hizo. ¿La culpa? Posiblemente la Corporación Municipal de entonces que, en una época de bonanza, podía haber pedido a cualquier empresa constructora que acometiera la obra, como se le pidió a una que asfaltara la calle de El Cerrillo antes de concederles la Licencia de Habitabilidad. Oportunidades perdidas.
Los comentaristas del Foro, como de costumbre, escriben y critican, ocultos en el anónimo, sin tener idea, si preguntar y sin informarse. Y es más, estoy seguro que ninguno de ellos, como feligrés estaría dispuesto a poner la mano en su bolsillo para ayudar las obras. Estamos muy mal acostumbrados a que sea Papa Estado el que corra con todos los gastos y ya está llegando la hora de que los católicos corran con los gastos de su iglesia, al igual que los gremios y las asociaciones deberían hacerlo.