sábado, 1 de julio de 2017

MUJERES FAMOSAS


Ha habido muchas desde Eva. No hay más que recordar la Biblia, el Nuevo Testamento y la Historia. Dalila, Cleopatra, Isabel la Católica, Marie Curie, La Reina Victoría de Inglaterra y tantas más que  harían interminable la lista. Actualmente tenemos cada vez más, Y muchas más si contamos las que las cadenas de televisión llaman "Famosas" e intenta promocionarlas, o al menos hacerlas conocidas y ricas.
Hoy Google, que no se como acabará si tiene que pagar la multa, nos recuerda a Amy Johnson.
Yo no tenía ni idea de quien era esa mujer, hasta que llegué al Reino Unido y me llamó tanto la atención, que aprendía algo de su vida y logros en aviación. Había nacido en Kingston upon Hull, (conocí dos Kingston,  este sobre el río Hull y el otro sobre el Thames muy cerca de donde yo vivía). Estudió arte y economía y comenzó a trabajar como secretaria en Londres, pero se interesó por la aviación y fue la primera mujer británica en obtener la licencia de piloto y la de "ground engineer", (ingeniero-mecánico de tierra), en 1929 a los veintiséis años. O sea, que lo mismo volaba que arreglaba y mantenía su avión, No como muchos conductores  de automóviles que conducen y no tienen idea como funciona el motor o llaman al garaje por un simple pinchazo.
Un año más tarde realizó el memorable primer vuelo Inglaterra a Australia de 17,600 kilómetros en un Gipsy Moth, fabricado por De Havilland, la misma casa que fabricó el Dragon Rapide que llevó a Franco de las Islas Canarias a Tetuán el 17 de julio de 1936. Tuve ocasión de ver el primero en el Museo de las Ciencias en Londres, pero no el segundo que se conserva en España, supongo que en Madrid. Espero que a ningún descerebrado político, forofo de la nefasta Ley de la Memoria Histórica zapateril, se le ocurra la idea de considerarlo como elemento franquista y lo mande al desguace. 
Tamaña proeza le mereció el Trofeo Harmond y la Medalla de la Orden del Imperio Británico con el grado de Comandante, CBE.
Volvió a realizar otros notable vuelos en 1931 de Inglaterra a Ciudad del Cabo y en 1933, de Japón a Siberia, cuando ya estaba casada con un piloto escocés del que se divorció en 1938. Parece que marido y mujer de la misma profesión no duran mucho. ¿Será por competencia laboral? Tres años más tarde y ya en la II Guerra Mundial, murió en un accidente cuando pilotando un avión de la Royal Air Forces, cayó en el estuario del río Támesis.
Sobre este accidente se ha especulado mucho, al tanto que se publicó en un periódico londinense, que no había muerto ahogada, sino que el barco enviado a rescatarla, en una falsa maniobra le había descuartizado con la hélice cuando intentaba sacarla del agua. ¿Verdad o mentira?. Lo cierto es que fue la primera mujer piloto que sentó historia con sus hazañas en solo doce años de su carrera en aviación.
Después han surgido muchas más aviadoras, tanto militares como civiles y ya nadie piensa que una mujer no pueda pilotar un avión o incluso un cohete a la luna. Recuerdo mi extrañeza, una vez, hace ya bastante tiempo, cuando al subir a un avión de Iberia en Heathrow, vi que lo pilotaba una rubia bastante joven y atractiva. Llegamos a Sevilla sin problemas y en el tiempo exacto.