sábado, 2 de diciembre de 2017

POEMA A LA VIRGEN DE LAS TOBAS


POEMA A LA VIRGEN DE LAS TOBAS

 No es mio. No soy capaz de escribir así, aunque en mi temprana edad hacía pinitos y dedicaba estrofas a las chicas, que causaban la risa de mi  buen amigo Aquilino Duque, que escribe tan buenas poesías como prosa. No hace mucho, me recordó una que hablaba de las fiestas de Huelva, las Colombinas, que rimaban con el nombre de la chica. 
Me lo envía una buena amigo, esposa de un buen amigo, que aunque no son de Higuera, han convivido con  nosotros durante años no muy lejanos. Mariló Ruiz y su marido Rafael Belmonte vivieron vario año en una finca muy cercana a las Cuevas de Las Tobas donde están las tres Vírgenes de su poema y dejaron muchos amigos entre nosotros. Espero que les guste.

En un rincón de la Sierra,
donde lo vientos se vuelven
entre alcornoques y encinas
tiene su Ermita silvestre.
Todas sus capillas guardan
una imagen diferente 
de la que es Madre y Reina
y los corazones prende.
El aire y el agua fueron
formando en la toba agreste
la cueva donde tranquila, 
con su lazo azul celeste, 
como en Lourdes, Ella espera 
la oración de tanta gente.
Higuereños corazones
llena de flores la tienen
y le llaman de "Las Tobas", 
la visitan y la quieren.
Allí entre peñas y arbustos
su bendición le concede
y aguarda al pie del camino
hasta que de nuevo vuelven.
A la Virgen no le faltan
ermitanos que la velen,
los que trabajan las huertas
 y los campos que la envuelven.
Los trinos más melodiosos
le dan las aves alegres, 
los luceros y la luna
a verla de noche vienen
aguardando hasta la aurora
que lo campesinos lleguen.
Ella desde las alturas
cuida de todos los seres,
que es la "Virgen de las Tobas
fuente de dichas y bienes.

Quizás Mariló escribió estos versos como desagravio al vandálico acto que la Imagen sufrió perdiendo la cabeza y las manos, que gracias a la Guardia Civil y a muchos vecinos, fueron encontradas por lo alrededores y restauradas por las expertas manos de Sebastian Santos, hijo del escultor que la talló en 1948.
No se sabe si la Justicia ha condenado al culpable, pero es seguro que la Virgen de las Tobas ya lo habrá perdonado.
NB. Si le ha gustado el poema, quizás pueda compartirlo con sus amigos.