viernes, 15 de mayo de 2020

PERLA DE UN MINISTRO

El Ministro de Consumo, Albero Carlos Garzón Epinosa, de 34 años de edad, militante del PC y de IU, Diputado en el Congreso desde el 2011 y Ministro de Consumo desde el 13 de enero de este año, solo ha tardado cinco meses en mostrar su absolutamente clara incompetencia para ocupar un cargo público. 
Y no es mi opinión, es la del Presidente de la Mesa del Turismo, Juan Mola, que ha pedido su dimisión; pero estoy totalmente de acuerdo. No tengo la menor de qué habrá "consumido" para decir semejante barbaridad. Puede que solo haya sido un simple vaso de agua, pero ha demostrado con creces, su odio al capitalismo, su vieja militancia a las organizaciones universitarias comunistas  y su total ignorancia de lo que supuso , supone y supondrá para España y su economía, aquel triunfo del Jefe del Espado Español, ayudado por Manuel Fraga Iribarne: La creación del Ministerio de Información y Turismo, que abrió al Mundo las puertas de una España empobrecida, después de una guerra entre hermanos y una posguerra sometida a boicot internacional,  para llegar a llegar a ser "Líder del ranking mundial de Competitividad Turística" según el Foro Económico Mundial.
Con semejante Ministro en el Gobierno de España, un Gobierno engordado para dar cabida a feministas, comunistas, socialistas y otros "istas" y "listos", con la única finalidad, claramente demostrada, de mantenerse en el poder de nuestro Presidente. No es de extrañar  que hayamos llegado a esta situación. Ayer vi un vídeo de la policía en Madrid, tratando de reprimir una manifestación de "pijos golfistas" según el señor Rufian (y que me perdonen los señores de verdad) donde se oían gritos de "Libertad" "Libertad". ¿Les recuerda otros años?. Pues ahí hemos llegado.
Con la crisis del virus, ¿quién le pondría "corona?, hemos vuelto a el Consorcio y Mocedades con su "Reistiré" y su nueva versión 2020, Y con la crisis de la economía, a Labordeta con "Canto a la Libertad" de 1935 o Joan Mnuel Serat con " Para La Libertad" de 1975. Pues eso, mientras no perdamos el humor y sigamos cantando en vez de llorar: ¡Viva España!