viernes, 5 de mayo de 2017

THE DUKE

En el Reino Unido, "The Duke" es Felipe Mountbatten, Príncipe de Grecia y Dinamarca, nacido en la isla griega de Corfú, que recibió del Rey Jorge VI el título de Duque de Edimburgo, antes del matrimonio con su hija la Princesa Isabel.
Pueden leer toda su biografía en Wikipedia, desde sus numerosos título, cargos y condecoraciones, hasta sus infidelidades. Hay de todo, lo bueno y lo malo, lo cierto, lo real, los bulos y las mentiras. No me voy a meter en su vida, pública ni privada, pero si puedo contar mis propias experiencias de mis años en el Reino Unido y la ocasión de haber estado muy cerca de él en una cena.
Eramos vecinos. Windsor, residencia de la familia real, estaba a dos pasos de Maidenhead, separados por la autopista M-4, municipios que se unieron para formar el "Royal Borough of Winsor and Maidenhead" que es como se llaman ahora. La Cámara de Comercio de Maidenhead celebraba el primer centenario de su fundación con vario actos, incluyendo una cena de gala presidida por la Reina. Mi buen amigo John Hill, que era secretario de dicha Cámara, reservó para sus invitados la mesa más cercana a la derecha de la mesa presidencial. Patricia ya había estado muy cerca de la Reina en otras ocasiones, pero tenía ilusión de  ver en persona al Duke, que tenía merecida fama de guapo, simpático y mujeriego.
Mi prima Encarna Jimenez, que había estado en el Reino Unido algunos años antes que yo, era una admiradora del Duke y no se perdía ocasión de verle, aunque fuera de paso en el coche oficial. Lo de simpático lo demostró en su discurso al final de la cena y lo de mujeriego quedó confirmado en un programa de televisión sobre las fiestas que Lord Astor, organizaba en su palacio de Clivenden, que se hicieron famosas cuando fueron frecuentadas por Christine Keeler y su amiga Mandy Rice y saltó el escándalo del Profumo Afair, que le costó el cargo al Ministro de dicho nombre. En dicho programa los organizadores de las fiestas se dejan caer con una frase, que lo dice todo. "Esta noche hay que esmerarse porque viene el Duke". Todo el país supo que también el marido de la Reina asistía a las famosas orgías que allí se celebraban.
La cena transcurrió con el orden, seriedad y protocolo propio de los británicos a pesar de que la Reina tuvo, a última hora, que cancelar su asistencia. En su discurso final en Duke nos deleitó con su proverbial sentido del humor. Comenzó pidiendo disculpa por la ausencia de "mi Esposa la Reina" debida "a un inoportuno resfriado", del que "después de vuestro brindis, espero se encuentre mejor". Ya saben que el protocolo real obliga a brindar por la Reina al final de las cenas de organismos y empresas para que se pueda fumar con el café y los discursos. El Duke amenizó el suyo hablando de los ecologistas obsesionados con los árboles, incluso mencionándolos como "bloody trees". (árboles sangrientos, literalmente) que tiene el significado en español de "putos o jodidos árboles".
Margaret, la esposa de John, y Patricia, muy elegantes las dos, lo pasaron muy bien, pero se quedaron sin poder disfrutar de los comentarios que los casposos modelos de Her Majesty the Queen provocan en estas ocasiones.
Pues bueno, el Duke ha decidido retirarse, a los noventa y cinco años, de presidir actos oficiales, aunque se reserva el derecho de asistir en algunas ocasiones. Perece que la realeza se puede pasar treinta años la edad de jubilación y vivir sin necesidad de una pensión. Reconoce que empieza a fallarle la memoria. No me extraña, tengo diez años menos y también a mi me falla la memoria. Por ejemplo, no puedo recordar la fecha exacta de esta cena ni lo que comimos, pero si que pasamos un buen rato en una buena compañía.