jueves, 5 de noviembre de 2009

MANUEL FAL CONDE





Uno de los primeros libros que me atreví a leer en inglés fue "The Spanish Civil War" de Hugh Thomas. Una vez instalado en Maidenhead en noviembre de 1962 me hice socio de la Public Librery local, de la que gratuitamente se podían sacar libros por un periodo renovable y solo había que pagar una pequeña multa si se pasaba la fecha de devolución. Hugh Thomas había nacido en Windsor, muy cerca de Maidenhed, que actualmente forman el mismo ayuntamiento, en 1931. Solo una quinta anterior a la mía. Después de sus estudios en Cambridge y la Sorbona, visitó España en 1955 y comenzó una recopilación de documentos, vivencias y recuerdos de la Guerra Civil, que le permitió publicar su libro en 1961. Aunque traducido en español, estuvo muchos años prohibido pero se podia comprar en Francia y Portugal. Ya es de admirar que en solo 6 años y con 30 años de edad, se pudiera escribir el que para mí, y creo que para muchos, es la historia más documentada y menos partidista que se ha escrita sobre nuestra guerra y que está presente en todas las universidades de habla inglesa y traducido a casi todos los idiomas como "masterpiece" en su género. Thomas siempre ha tenido especial interés en todo lo español, prueba es sus libros sobre Cuba, Venezuela, Mejico (Hernan Cortés y Moztezuma) y la esclavitud. En 1981 se le concedió el título de Lord Swynnerton. Yo tuve la oportunidad de saludarle varias veces en la Embajada de España y, aparte de ser una eminencia en asuntos españoles, era una persona sencilla y agradable de un trato muy simpático. Espero que siga viviendo feliz en su Londres.
El nombre de Manuel Fal Conde como dirigente tradicionalista en la Guerra Civil, aparece en 83 páginas del libro, lo que hace que sea el higuerense más mundialmente conocido, por encima de nuestros más admirados paisanos como Alonso Miguel de Tovar, Juan Ruiz Soriano, Diego José Navarro (Espejo de Gobernadores en la monografía escrita por mi tío Francisco) o Sebastián Santos entre otros. Todos tienen calles dedicadas en nuestro pueblo menos Manuel Fal Conde.
Paradojas incomprensibles de la política. La tenía hace años y se le quitó el nombre porque no quiso aceptar la Unificación, es decir la unión de la Falange y los Tradicionalistas y estuvo desterrado (su hijo Javier nació en Portugal), perseguido y vigilado durante años, hasta el punto de tener la correspondencia intervenida y su casa vigilada por la policía.
Siendo yo portavoz del PP en nuestro ayuntamiento se presentó una moción para devolver el nombre a la calle y se recogieron firmas para lo mismo. La contestación fue que el Grupo de Gobierno no tenía intenciones de poner nombre de personas a las calles y menos a "políticos que pudieran herir la sensibilidad de muchos vecinos." En el siguiente pleno municipal, el Grupo de Gobierno aprobó quitar al nombre de Alférez Octavio Martín, muerto en el frente nacional, a una calle sin pensar que eso si podía herir la sensibilidad de otros muchos higuerenses incluyendo la única hermana del mencionado que todavía vive en esa calle. El mismo grupo de Gobierno dedicó cuatro calles a escritores de reconocida y merecida fama, que no tenían nada que ver con el pueblo, pero que los socialistas consideran represariados, olvidados o ningunueados por el franquismo.
¿Es que Manuel Fal Conde no fue víctima del franquismo? Pues ya es hora que se le reconozca en su propio pueblo y nos dejemos de luchas ideológicas de izquieda y derecha y se tengan en cuenta los méritos humanos de las pesonas. Se ha dedicado una calle a un alcalde republicano que fue asesinado en 1936 y no pasa nada, pero ¿por qué no a Manuel Fal Conde?