lunes, 2 de octubre de 2017

¿HASTA CUANDO?

Quousque tandem abutere, Carles patientia nostra?, estará diciendo Rajoy, si fuera Cicerón. No lo es y tiene fama de ser, paciente,  prudente, tranquilo, sosegado, juicioso y reposado. Pero todo tiene un límite y Carles Puigdemont y sus secuaces ya se han pasado muchos de ellos abusando de la paciencia de Rajoy y de muchos españoles, incluyendo los de Cataluña.
Cuando el intento del golpe de Estado de 23 de febrero, algunos tanques salieron a la calle y no pasó nada. Hay mucha gente que piensan que ya deberían haber salido. Entre ellos El Coleta, con su peculiar mala leche, hablando de pelotas de goma y cañones de agua, esperando poder acusar a Rajoy de represivo y dictatorial, mientras aprueba las represiones de Maduro. Pero no estamos en Venezuela y Rajoy no es Maduro y dará los pasos correctos que marca la Constitución y la Leyes.
El show de ayer fue un esperpento que colmó el vaso de la paciencia de muchos. posiblemente también la de Rajoy, la de su Gobierno, la de los Tribunales de Justicia, la del Constitucional y la de los líderes de los partidos constitucionales. Lo que no veo muy claro es la permanente actitud de Sánchez de una de cal y otra de arena, con una ambigüedad sorprendente. Siempre con su diálogo y su reforma de la Constitución para una España multinacional, una nación de naciones o una república federal, como condiciones para apoyar al Gobierno.
Cada cosa a su tiempo. Rajoy siempre ha abogado y sigue abogando por el dialogo. ¿Como se puede dialogar con quién no quiere hacerlo?, ¿Qué es eso de una nación de naciones?, ¿No sabe qué pasó con las dos repúblicas ni cómo acabaron?
Tropezar dos veces en la misma piedra, ya es bastante triste, pero tropezar tres veces es de insensatos. Posiblemente a estas horas, Rajoy, Sánchez y Rivera estarán reunidos. Espero que acuerden con sensatez el siguiente paso a tomar, que debería ser el último y definitivo que marca la Constitución. La aplicación del artículo 155 y que los Jueces juzguen a los delincuentes. Que ya no son presuntos, sino confesos y más que probados.