jueves, 9 de noviembre de 2017

HUELGA GENERAL

En España, desde que decidimos ser demócratas, se han  puesto de moda e incrementado el número de huelgas generales hasta el punto de ya van por catorce, contando la de ayer en Barcelona, que no fue tan "general" como dicen. 
Prohibidas por el Gobierno de Franco (sus razones tendría), no se conoce ninguna desde el año 1936 hasta 1976. Cuarenta años sin que nadie se atreviera a intentar ganar en la calle, lo que no podían ganar en las urnas. En realidad, no había urnas. Pero desde su muerte han proliferado de tal manera que todos los Presidentes del Gobierno, desde Suarez a Rajoy, han sufrido alguna, gracias a los sindicatos UGT y CCOO, con ayuda de otros en algunos casos.
La número trece (el de la mala suerte) fue convocada por tantos sindicatos de tantos países, que se considera la primera huelga general internacional del siglo XXI y se conoce como la primera de la Unión Europea. España, Portugal, Italia, Grecia, Chipre y Malta se unieron para protestar por los recortes de los Gobiernos debido a la crisis general.
La número catorce llevará el nombre de Huelga General Catalana contra la Ley. Parece ser, que por primera, vez los sindicatos UGT y CCOO, no fueron los organizadores ni siquiera la apoyaron. Fue el Comité para la Defensa de la República Catalana. O sea, un comité (que suena a comunismo) en defensa de una república proclamada ilegalmente. Se aprovecharon de los estudiantes que no tienen interés en los estudios y, aunque en participación fue un verdadero fracaso, si causaron suficientes problemas a los que querían, porque es su derecho, llegar al trabajo cotidiano. Los piquetes lo impedían, con el descaro de mantener que la huelga es un derecho constitucional. No se enteran de que el trabajo también lo es. Cada día está más claro que lo que quieren los separatistas de Cataluña, es destruirla para destruir España. Están consiguiendo que todos los catalanes se den cuenta del engaño.
Los piquetes deberían estar prohibidos, porque ser "informativos" es una cosa y ser "coaccionativos" es otra algo más violenta. Recuerdo cuando la famosa huelga de mineros que aguantó Margaret Thatcher, cómo los piquetes llegaron a ser rodeados por la policía que los mantenía en orden y le superaban en número. Algunos que querían acudir al trabajo, al que tenían todo su derecho, llegaron a tener escolta policial para evitar problemas.
También en la primera que conocí en España, en vacaciones en la Costa del Sol, cuando obligaban a cerrar la hostelería, y en un pequeño restaurante de un alemán, que solo empleaba a su hijo y un camarero, al que le dio el día libre, tuvo que defenderse de un piquete que le obligaba a cerrar, sacando una escopeta de caza y disparando lo suficientemente cerca para hacerles correr.
De ahora y hasta el 21 de diciembre nos queda mucho por ver y el Gobierno Catalán en funciones, o sea los Ministros al cargo, tienen un gran problema: si dejan las manifestaciones ilegales tomar la calle será malo, pero si se impiden será peor porque les llamarán desde dictadores opresores, a reaccionarios autoritarios. Difícil tarea para ellos. 
¿Donde estaban los Mossos?