domingo, 8 de julio de 2018

UN NOMBRE MÁS PARA SÁNCHEZ

Como si no tuviera bastante además de "Presi no votado", mi amigo Gracián, especialista en motes, le llama ahora  "El desenterrador". Se ha empeñado y no cejará hasta que consiga desenterrar los restos de Francisco Franco Bahamonde, que falleció en Madrid el 20 de Noviembre de 1975, siendo Jefe del Estado Español y fue enterrado, por deseo del Gobierno de su Majestad el Rey Don Juan Carlos de Borbón, en la Basílica, del Valle de los Caídos, junto con los restos de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Epañola y los de 33,847 combatientes de la Guerra Civil de 1936, de ambos bandos.
Que Franco mandó construir el grandioso monumento para que sus restos descansaran allí es uno de los muchos bulos que a partir de la nefasta Ley de la Memoria Histórica de Zapatero, han circulado por los medios, para denostar, herir, tergiversar y tratar de borrar el recuerdo de un gran español que dedicó su vida a España, a quien ahora llaman "dictador", mientras otros llamamos "salvador". Si señor. Salvó a España y Europa del comunismo soviético de Stalin. Y no lo digo yo, lo dijeron los periódicos británicos en 1989, a los cincuenta años de finalizar el conflicto cuando, según las regulaciones allí vigentes, se pueden desclasificar los documentos clasificados como "top secret".
No quiero dar un lección de historia y menos de arquitectura del magnífico monumento que he visitado tres veces, para poder rezar un Padrenuestro, junto a la tumba de José Antonio, años más tarde a hacer lo mismo junto a la de Franco y en 1985 que volví para pasar tres días en el Monasterio con motivo de un seminario sobre la educación de los hijos de españoles emigrantes en Europa. Curiosamente organizado por el entonce Ministro de Trabajo el socialista Joaquín Almunia. En aquellos tiempos los socialistas no les tenían al Valle la fobia que le tienen sus compañeros actuales.
Ahora, pretenden exhumar los restos de Franco y también los de José Antonio. Pues creo que les van a hacer un favor a los dos. A Franco, porque podrá descansar al lado de Carmen, la mujer que fue su leal compañera, en el Cementerio de El Pardo. A José Antonio, porque siendo jerezano le gustaría descansar para siempre en su tierra ya que debe estar cansado de tantas exhumaciones, traslados y vuelta a enterrar. Por si  no lo saben fue enterrado primero en una fosa común en la cárcel de Alicante donde fue fusilado por los rojos. Dos años más tarde sus restos fueron trasladados al cementerio de Alicante Nª Sª de los Remedios,  Después de terminada la Guerra, al Escorial y en 1959, una vez terminadas las obras del Valle, a la Basílica del mismo. Murió soltero, pero quizás le gustaría reposar cerca de los restos de su novia más querida Pilar Azlor, Duquesa de Luna.