viernes, 21 de agosto de 2009

REPRESENTACION POLITICA



Los Consejos de residentes Españoles en el extranjero se crearon por Real Decreto en octubre de 1987, como órganos consultivos de las Oficinas Consulares. Entre sus cometidos está la participación de los residentes en la vida política de España de acuerdo con la legislación española, la del país de residencia y el derecho internacional.
La primera consulta que me hicieron como presidente del primer Consejo de la Demarcación Consular de Londres, fue el de una señora madrileña, casada con un inglés, que llevaba varios años viviendo en el Reino Unido. Trataba de lo siguiente: Tenía un piso en el barrio de Salamanca de Madrid, arrendado desde que marchó a vivir con su esposo. Este había fallecido y ella quería volver a vivir a su piso de Madrid, pero el inquilino no quería marcharse. La pregunta final era: ¿Qué miembro del Parlamento representa mi distrito?
Tuve que contestarle que, diferente al sistema británico, de los 40 Diputados que correspondían a la provincia de Madrid, no había ninguno que representara exclusivamente el distrito del barrio de Salamanca. Particularmente le recomendé que contactara con el ayuntamiento de Madrid, del que era alcalde el socialista Juan Barranco, le contara el caso y les pidiera ayuda.
Siendo algo práctico, le sugerí, que para hacer más fuerza, indicara que se había marchado por no aguantar la dictadura de derechas y ahora quería retornar a una España democrática.
Increíble, me contestó, algo molesta o enfadada, que ella no tenía porqué mentir, que había estado muy bien con Franco y que jamás votaría a los socialistas. En el Reino Unido hay libertad política.
Entonces la puse en contacto con uno de los Diputados de mi partido y se que al fin pudo conseguir su deseo.
El sistema británico es completamente diferente y claramente se vota a la persona y no al partido. El país está dividido en tantas "constituencies" o distrito como miembros debe haber en el Parlamento. Así cada candidato se trabaja puerta a puerta su distrito durante la campaña electoral y el que sale elegido, sigue en contacto con su gente sin preocuparse de que partido es o a quien votó. Durante años el MP (miembro del parlamento) del distrito donde yo vivía (Windsor y Maidenhead) fue Alan Glyn, del partido consevador, que un sábado en Windsor y otro en Maidehead, recibía a los ciudadanos que quisieran consultarle. Así conocía todos los problemas de su distrito y podía defenderles en el Parlamento, así como presentar propuestas. Cuando se retiró de la política, por razones de su edad, poco antes de yo volver a España, el siguiente elegido fue otro del mismo partido que había trabajado estrechamente con él y por lo tanto era conocido de los electores.
A lo mejor un día, se adopta ese sistema en España y cada ciudadano se puede dirigir al diputado que le corresponda, sea de un partido o de otro, a sabiendas que defenderá los interese de los ciudadanos de su distrito que son los que le votan y no los intereses del partido que le pone en las listas y al que hay que estar agradecido para que le siga poniendo.
Mientras tanto seguiremos acudiendo a un diputado de nuestro partido, que a lo mejor ni siquiera conoce los problemas de nuestra área, porque pasa el tiempo en Madrid y en la capital de provincia, o en su propio pueblo.
Por ejemplo: ¿No sería mejor que de los diputados de la provincia de Huelva hubiera uno por la Sierra, otro por la Cuenca Minera, otro por el Condado, otro por el Andévalo, otro por la Costa y el resto por la Capital dividida en distritos? Y cada diputado trabajando por sus ciudadanos, le hayan votado o no. Todos procurarían hacerlo bien para que los que no les han votados una vez, le voten a la siguiente. ¡Quizás sea demasiado pedir!