miércoles, 18 de abril de 2018

EL PILATO ANDALÚ

Los dos se lavan las manos y no saben nada

Así llama mi amigo Gracián al expresidente de la Junta de Andalucía, Don Manuel María Chaves Gonzales, que nació en Ceuta en 1945, hijo de un coronel del ejército Antonio Chaves y de la responsable de la sección femenina de aquella ciudad, África Gonzalez. Puro franquismo.
El niño salió izquierdoso a pesar de haber estudiado en Sevilla en un colegio de los Misioneros Clarentianos y después en el colegio interno de los Salesianos de Utrera. Estudió Derecho en la Universidad de Sevilla y allí debió de juntarse con malas compañias, como Felipe Gonzalez, Amparo Rubiales Torrejón o Javier Pérez Royo, que formaban el grupo militante antifranquista de Sevilla. En 1968 se afilió Al PSOE y a la UGT.
Una vez licenciado en Derecho ejerció como profesor no numerario hasta que aprobó su tesis "El accidente de trabajo por acto de tercero" y consiguió un plaza de profesor titular, primero en Bilbao y luego en Córdoba. Desde 1977 se dedicó la política como diputado por Cadiz y en 1987 fue nombrado Ministro de Trabajo y Seguridad Social por su compañero Felipe Gonzalez. En 1990 fue elegido Presidente de la Junta de Andlucía. El resto ya lo saben ustedes.
Me ha gustado el título de su tesis. Los accidentes de trabajo provocados por un tercero, no tengo ni la más remota idea de quién es la responsabilidad. Me supongo que debe ser del "tercero". Pero ¿quien sabe?. También hay "terceros y cuartos" que nunca han trabajado o han trabajado muy poco en empresas y se han acogido a un expediente de regulación de empleo para disfrutar de una buena pensión. Y encima, tienen la desvergüenza de manifestarse para que se la suban.
Cercano a cumplir los 72 años ya debe estar jubilado como profesor ya que como político querrá seguir cobrando. Y eso lo está defendiendo ante la Justicia, alegando que no sabía como se estaban utilizando los 855 millones de eurillos del dinero público. Los Jueces decidirán la culpabilidad o la inocencia de los dos expresidentes y el resto de los implicados. Lo que si es evidente es que ninguno de los dos son aptos para ocupar cargos públicos y este es el problema para la supervivencia de los encausados. ¿Usted le daría un cargo de cierta responsabilidad en su empresa? Pues eso, que no les quedaría más remedio que, como el popular dicho pide, ¡a currar, a los albañiles!