Ayer, el artista Enrique Terneiro, escultor gallego, profanó la tumba de su paisano Francisco Franco arrojando un bote de pintura roja, para pintar una paloma (de la Paz). Habrá que perdonarle el error ya que como los escultores trabajan sobre mármol o madera a lo mejor no sabe que las palomas suelen ser blancas. Sobre todo las de la Paz como sabía Picasso a pesar de ser rojo.
El empeño de los socialistas es borrar el pasado y la mancha perdurable de que su democracia mal entendida y sus amigos de la más extremista izquierda, fueron los responsables de la Guerra Civil y de los horrores que produjo. Y ahora quieren provocar otra a ver si esta vez tienen más suerte y ganan ellos. ¡Que Dios nos coja confesados!.
Ayer hice un comentario en Facebook a un escrito sobre la manida noticia de la exhumación de los restos del que ha pasado de Caudillo y Generalísimo a simple "dictador". "A lo mejor, al final se queda donde está".
No va a pasar lo mismo con la aprobada exhumación de fosas en el Cementerio de nuestro pueblo, donde perece inminente el comienzo de los trabajos. Si lo dice la Ley, hay que acatarlo, pero a mi no me parece bien, ni mucho menos, que haya que remover un lugar donde hay restos de unas víctimas de la Guerra, tanto fusiladas por colaboración con los rojos, como muertos defendiendo su cuartel. Y además, personas que no tuvieron absolutamente nada que ver con la cruel contienda, enterradas en esa zona durante muchos años, antes y después, hasta que se decidió tapar todas las fosas del suelo y hacer unos jardines, donde todos tuvieran permanentes flores o plantas.
