viernes, 6 de noviembre de 2009

CORRUPCIÓN POLÍTICA






En mis años en el Reino Unido fui testigo de varias corrupciones políticas, no tantas como en los últimos años en España y generamente corrupciones de otro tipo. Las más frecuentes de tipo sexual. "Sexual scandals" que han costado la vida política a personajes de todos los partidos, será porque el sexo no tiene color, empezando por el primero que yo conocí que costó la caida entera del Gobierno Conservador de Harold McMillan.
Al principio de los años sesentas, una serie de ministros, amigos y personas de relevancia política se reunían frecuentemente en la casa solariega de Lord Astor en el condado de Berkshire con copiosa cenas bien regadas de vino francés, que fureron degenerando muy pronto en verdaderas orgías. Entre los invitados más frecuentes estaban el "Secretary of State for War" o Ministro de Guerra, John Perfumo y un doctor de reputada fama Stephan Ward. En una película que se pudo ver en televisión en el año 1989 se apuntaba incluso la esporádica asistencia del Duke de Edimborough, esposo de la Reina Isabel. Recuerdo cómo en una escena de la película uno de los personajes dice: "To night will be special, the Duke is coming".
Pero seguramente más especial serian las noches, aunque no fuera el duque, en que aparecian dos chicas jóvenes y guapas, que se hicieron asiduas a las reuniones, Christine Keeler y Mandy Rice-Davies. La primera era artista de cabaret con 19 años y la segunda modelo de la misma edad. Al parecer, una noche saliendo Christine de la piscina con el traje de su nacimiento, el doctor, que la conocía de antes la presentó al ministro y, cosa extraña, el ministro cayó por la chavala. Comenzó así un affaire que duró no mucho tiempo porque un avistado periodista descubrió que Christine mantenía relaciones al mismo tiempo con Yevgeny Ivanov, Agregado Naval de la Embajada Rusa. Eran los años de la Guerra Fría y el Agregado soviético estaba considerado como un espía ruso.
El escandalo fue de tal magnitud que acabó con el Ministro, en la cárcel, el Agregado, repatriado, las dos famosas chicas en todos los periódicos, la caída del Gobierno con la dimisión de McMillan y el final de las juergas. La casa solariega de los Astor es ahora un hotel de lujo para americanos ricos.
El último escándalo que recuerdo fue el de dos MP del partido Conservador que recibieron un regalo de mil libras esterlinas, al cambio actual, poco más de mil euros, por avisar a unos amigos de unas subastas del Gobierno antes de que se hicieran públicas. Tuvieron que pedir disculpas, primero a su propio partido y después públicamente en el Parlamento y, por supuesto, devolver el dinero.
Entre estos dos escándalos hubo muchos más, casi todos por deshonestidad, en todos los partidos, incluyendo relaciones homosexuales, pero no recuerdo ninguno más por corrupción monetaria.
O sea igual que en España. O como decía Mitterand: "Si les exijo a mis ministros que no tengan queridas, me quedo sin ministros" En España no se toman en cuenta los asuntos de sexo, que haberlos, hailos. Pero de dinero mejor no hablar, porque todos los día están saliendo casos. Y no pasa tampoco nada, porque para no pasar, tampoco se devuelve una peseta o un euro, aunque se vaya a la carcel.
¿Y de dimitir? Esa palabra parece que no está en el RAE. Se cantaba una copla hace años que decía:" En el camino del Pardo/ hay una ermita/ con un letrero que dice/ maricón el que dimita."