jueves, 19 de agosto de 2010

FEDERICO GARCÍA LORCA




Hoy hace setenta y cuatro años de su fusilamiento. Otro de los muchos sucesos que marcaron ese verano en la Historia de España. Es un dicho verdadero, que cada uno cuenta la historia según le va, aunque hay ahora tanta manipulación histórica, que cada uno la cuenta como se la han contado, sin preocuparse de si le han contado la verdad o la mentira. Pero la historia de Federico García Lorca, se ha contado tantas veces y por tanto historiadores, que no hace falta añadir más. Yo solo puedo contar la mía. Creo que fue en 1946, en el cuarto curso del Bachillerato del Plan 1939 y con catorce años de edad, cuando en el Colegio de los Jesuitas en la Plaza de Villasís, empezamos a estudiar Literatura Española. Cuando llegamos a la Generación del 27, empezaron a salir nombres, algunos de los cuales y algo más tarde, se intentaron callar. ¿Mis preferidos?, sin duda alguna Juan Ramón y Lorca. Juan Ramón porque en mi curso estudiaba un sobrino y lo consideraba ya como alguien, si no de la familias, al menos un allegado. Disfruté mucho con Platero y recuerdo las críticas del profesor sobre un pasaje en que Juan Ramón habla con Platero en una colina cercana a Moguer mientras las campanas tocaban a Misa. La crítica era que el poeta no iba a Misa. Puede que no fuera a Misa a la iglesia de Moguer, pero yo pensaba que también se puede rezar y amar a Dios, hablando con un burro, sentado en una piedra, bajo un pino y en esa inmensa Catedral, que no construyeron albañiles, que es el campo de Andalucia, con la lámpara del sol y la bóbeda azul de un cielo sin nubes.
Lorca, porque su Romancero Gitano, que todavía conservo, me hacía sentir los primeros ardores románticos, las fantasías sexsuales y la tragedia de la muerte, en los comienzos de la juventud. Me servía de inspiración para hacer algunos ensayos poéticos que iban a parar a las manos de alguna jovencita de las que me sentía enamorado. Sobre todo "La casada Infiel" la sabía de memoria y me figuraba llevar a la orilla del Guadalquivir 0 al Arroyo del Rey a caballo, alguna chica de pechos dormidos, que despertaban y muslos que se escapaban como peces sorprendidos. No siempre corría el camino montado en potra de nácar sin bocado y sin estribos. Pero se hacía lo que se podía. Eso si, tengo mi conciencia tranquila, que ninguna fue una casada infiel. Son recuerdos de la juventud que nunca se olvidan y creo que las juvencitas de entonces, abuelas ahora, también pueden recordarlo. No hace mucho tiempo, una de ellas, con más de setenta años, me confesó que tenía guardado tres poemas mios. Como en aquellos tiempos no existían los ordenadores y se escribía a mano, no tengo copias. solo dos originales de mis poemas, que no llegaron a su destino, y que ahora me parecen ridículos Pero la ilusión de aquellos años y el interés de la obra de Lorca no se han borrado.
A mi llegada al Reino Unido descubrí que en la biblioteca municipal de Maidenhead, tenían las obras de Lorca, por supuesto, en ingles. Que no suena lo mismo, ni mucho menos. Vamos, que no es igual "A las cinco de la tarde" que "At five o'clock in the afternoon". Aunque los aficionados del Club Taurino de Londres, sabían perfectamente, que Lorca no se refería a la típica hora del Te con pastas de los ingleses. En Londres acudí a las representaciones de La Casa de Bernarda Alba y después a Bodas de Sangre con los teatros totalmente llenos. De ingleses.
Creo que la fama de Lorca no se debe a que fue fusilado en la Guerra Civil. No tiene nada que ver con su trágica muerte como tampoco la muerte influyó en la fama de Espronceda, Dylan Thomas o Lord Byron.
¡Que pena que la memoria de tan gran poeta se utilice ahora con finos políticos!

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