Se han cumplido los cien días de plazo que los países democráticos suelen dar al nuevo gobierno (elegido en las urnas), para poder analizar su gestión. Aunque el de Sánchez no ha sido elegido por el normal procedimiento del voto de los ciudadanos, se le ha concedido también ese plazo y hoy Gades3 publica la opinión que han dado libremente los españoles encuestados.
El resultado no puede ser más claro. Dos terceras partes de los encuestados desaprueban la labor del Gobierno. Está claro que el okupa de la Moncloa faltó a su promesa de "quitar a Rajoy para convocar nuevas elecciones" porque sabía que las perdería como las tres anteriores. Aprendió del viejo profesor Galván que "Las promesas electorales se hacen para no cumplirlas".
Los resultados de la encuesta no pueden más demoledores. Seis de cada diez, el 60% suspende al Gobierno en inmigración, pensiones y economía. Precisamente lo que más preocupa a los españoles, pero no al Gobierno. Hay otras cuestiones que reciben la misma o similar opinión.
Al 68,3% no les gusta la gestión del Gobierno sobre el problema catalán, el 62,7 desaprueba la celebración de un referéndum en Cataluña y el 49,7% está en contra de la política de diálogo con los independentistas. Y lo curioso es que estos datos están sacado de votantes del PSOE. No tengo idea de que contestarían los votantes de otros partidos, pero si conozco la opinión de mi amigo Gracián, que es un algo radical: "Yo mandaría allí al agente secreto 00X con "licence to kill. Con dos muertos (no hace falta nombrarlos), los vivos aprenderían". Creo que sería mucho mejor aplicar el 155, como los españoles, incluidos votantes del PSOE, estamos demandando.
Nuestro Presidente vive en una nube de gloria por encima de todos y tiene otras prioridades, como sus acuerdos secretos con El Coleta, que ya ha vuelto de sus vacaciones por paternidad, la eutanasia, que no es prioridad de los españoles, su terror a las urnas y para colmo, las prisas para exhumar los restos de Franco. Puede que tengamos un otoño bien caliente que puede empezar pasado mañana martes, que no eS 13, sino 11, con la celebración de la Diada.
El Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlasca, que debe ser un hombre de orden, para eso es Magistrado e hijo de un policía municipal (aunque han corrido el rumor de que su padre fue miembro de la policía armada de Franco. Y ¿qué, si fuera verdad?) ya ha tenido que enviar a la Guardia Civil a Barcelona, ente el temor de que la Diada se convierta en una revuelta que los Mossos no puedan controlar, bien porque no sean suficientes, no quieran o no les dejen. Que todo puede ser.
Pues sea lo que sea, lo que si estoy seguro es que el miércoles tendré tema para escribir, aunque preferiría disfrutar del Maratón de Petanca, aunque ya no participe. Es un juego que me llamó la atención cuando venía de vacaciones en coche y al pasar a través de algunos pueblos franceses, veía jugarlo en las plazas públicas. No lo conocía y me alegré cuando ya en mi pueblo tuve ocasión de participar.
Nuestro Presidente vive en una nube de gloria por encima de todos y tiene otras prioridades, como sus acuerdos secretos con El Coleta, que ya ha vuelto de sus vacaciones por paternidad, la eutanasia, que no es prioridad de los españoles, su terror a las urnas y para colmo, las prisas para exhumar los restos de Franco. Puede que tengamos un otoño bien caliente que puede empezar pasado mañana martes, que no eS 13, sino 11, con la celebración de la Diada.
El Ministerio del Interior, Fernando Grande-Marlasca, que debe ser un hombre de orden, para eso es Magistrado e hijo de un policía municipal (aunque han corrido el rumor de que su padre fue miembro de la policía armada de Franco. Y ¿qué, si fuera verdad?) ya ha tenido que enviar a la Guardia Civil a Barcelona, ente el temor de que la Diada se convierta en una revuelta que los Mossos no puedan controlar, bien porque no sean suficientes, no quieran o no les dejen. Que todo puede ser.
Pues sea lo que sea, lo que si estoy seguro es que el miércoles tendré tema para escribir, aunque preferiría disfrutar del Maratón de Petanca, aunque ya no participe. Es un juego que me llamó la atención cuando venía de vacaciones en coche y al pasar a través de algunos pueblos franceses, veía jugarlo en las plazas públicas. No lo conocía y me alegré cuando ya en mi pueblo tuve ocasión de participar.
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