Ya se lo dijo el Presidente a Sánchez en el Debate, cuando le insultó llamándole deshonesto. Ayer se ha llegado a más. La portada de ABC muestra la cara de Rajoy enrojecida (nunca mejor dicho) desde el pómulo izquierdo hasta el cuello, y sin gafas, por el brutal puñetazo de un mocoso violento, con unos antecedentes que, a su corta edad, deben ser un récord para tener en cuenta.
A cuatro días de las elecciones, los comentarios son de lo más variopinto. Desde la contundente repulsa al violento acto, hasta la sospecha de la intención de ensuciar la campaña, pasando por la idea de qué lo habría motivado o quién lo habría incitado. No se si el prenda lo hizo por iniciativa propia o mandado y pagado por un tercero, como se ha llegado a comentar, me da igual. Que la Justicia cumpla con su cometido y le aplique la Ley con la necesaria contundencia. Lo que si me importa es la manipulación del caso por fines políticos que, desde anoche mismo, ha empezado a recorrer los medios.
Bien es verdad, que con diferentes matices, los líderes políticos han condenado el hecho. Pero ya El Coleta, ha comentado que èl también sufrió una agresión, para que le tengamos simpatía como una víctima. Pero el no era entonces Presidente del Gobierno y candidato a una elecciones democráticas, era un simple estudiante que ya se metía en líos.
En las redes sociales o insociales, ya se ha aplaudido al agresor y se ha justificado el puñetazo. Como dijo El Guerra cuando le presentaron a Ortega y Gasset, como escritor y filósofo: "Hay gente pa tó".
Ya se ha recordado la agresión a El Coleta, las agresiones a otros político, como Felipe González, Hollande, Cameron, Romano Prodi, George Bush o Margaret Thatcher, (aunque se olvide el atentado con bomba a José María Aznar) para justificar que los políticos están expuestos a eso, como si fuera una profesión de altos riesgos.
Espero que no se utilice el hecho para confundir a los votantes, como se utilizó el 11M en contra del Gobierno del PP.