Este fin de semana que termina en muy pocas horas ha estado muy movido. Ayer sábado, por las dos manifestaciones de los ultras de derechas y de izquierdas, que terminó con un detenido (esta vez de izquierdas) que rompió el escaparate de una tienda y ofreció resistencia a la policía. Cuando una izquierda política se va al extremo es natural que la derecha política acabe haciendo exactamente igual. Ya está bien de recibir bofetadas en ambas mejillas. Yo no soy partidario de la violencia, pero hay veces que no se puede resistir el responder a la violencia con violencia. Y eso está pasando desgraciadamente en nuestra España. En la calle, en los ayuntamientos, en el Parlamento. Empieza por una violencia verbal y termina siendo violencia de palos y bofetadas. Claro que en Sevilla, los palos vinieron de la policía. Así como debe de ser, con contundencia como se hace en el resto de los países de nuestro entorno. En el Reino Unido, los disturbios de los ultras del Fulham o del Chelsea, se terminan a garrotazos desde los caballos "babiecas" de la Metropolitan Police.
En Málaga también hubo otra movida, En este caso de alcaldes del Partido Popular que hicieron un "scrache" contra la Presidenta de la Junta pidiendo los 17 millones de euros que esta debe a sus ayuntamientos. Dicen que intentaron agredirla y otros dicen que el coche donde esta llegaba se lanzó contra ellos para que se quitaran de en medio. Y otra vez la ley del embudo. Los socialistas, que han hecho "scraches" a la Vicepresidenta del Gobierno de España en su domicilio particular y a otros muchos dirigentes del P.P. dicen ahora que la actitud de unos alcaldes que tienen que velar por sus ciudadanos, en intolerable, antidemocrática e indigna. Y piden que se identifiquen a lo culpables y se les expulse del partido, ¿Han expulsado ellos a alguno de los chorizos implicados en los EREs?
Alguien pensará que estoy algo pesimista. Pero precisamente somos los de mi edad los que tenemos motivos para pensar qué es lo que pretende la izquierda. La izquierda que no sabe perder las guerras armadas o las incruentas de las elecciones democráticas. Que presume de demócrata y no sabe acatar los resultados de la urnas. Que quiere volver al pasado de una nefasta II República que nos costó muchos muertos y muchos años para recuperarnos. Que está dividiendo cada vez más a los españoles olvidando los acuerdos de una Transición admirada por todo los países democráticos. Que se auto declara progresista y se ha convertido en radical, demagógica, fundamentalista, populista y extremista, buscando la confrontación en la calle a ver si consiguen lo que no consiguen en las urnas.
La herencia que no dejó Zapatero de situación económica, de sus negociaciones con los terroristas, con sus concesiones a nacionalistas y separatistas, con su pésima política internacional, con su Memoria Histórica, con su Alianza de Civilizaciones y sus ideas de "todos contra el Partido Popular, nos ha llevado a esta situación, que a los que vivimos los años treintas empieza a darnos miedo por lo que pueda ocurrir.
Los incidentes de las dos manifestaciones ultras en Sevilla me ha traído a la memoria los hechos entre marxistas y falangistas y la valentía y el sacrificio del joven estudiante Matías Montero que cayó abatido por las balas marxistas el 9 de febrero de 1934, cuando regresaba a su casa, después de vender en la Gran Vía el periódico de la Falange. Fue el primer caído de los muchos que le siguieron. Se hicieron famosas las palabras de José Antonio al darle cristiana sepultura de "Que Dios te conceda el descanso eterno y a nosotros nos lo niegue hasta que sepamos recoger para España la cosecha que siembra tu muerte".
Las mismas palabras fueron pronunciadas por Franco al enterrar a José Antonio en el Valle de los Caídos. Esperamos que nunca nadie tenga que volver a pronunciarlas ante ninguna tumba.
En Madrid ha habido hoy otras dos manifestaciones. Una de los que protestan de la privatización de la sanidad. Otra de los que protestan por la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, o sea; las víctimas del terrorismo y los miles de españoles que pensamos lo mismo. Me ha llamado mucho la atención que, en la primera de ella hubiera centenares de banderas republicanas. Pero ¿dónde estaban esas banderas en la otra manifestación?, ¿Dónde estaban los dirigentes socialistas?. ¿Es que la izquierda está a favor de la injusta y politizada sentencia de Estrasburgo?. Pues lo parece. Estás conmigo o estás contra mi. Y parece que la izquierda está con la ETA y no con las víctimas
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