lunes, 15 de abril de 2019

PREGÓN DE SEMANA SANTA EN LONDRES


En el Reino Unido, como en todo el mundo cristiano, también se celebra la Semana Santa. Cada Iglesia, a su manera. Pero tanto la Anglicana, como la Católica y toda las demás como las Ortodosas rusas y orientales y mucha de las escindidas, como Evagelistas, Metodistas o Testigos de Jehová y hasta la Palmariana que fundó el autodenominado Papa Clemente en el Palmar de Troya, celebran y conmemoran la Pasión y Muerte de Jesucristo. Pero cada uno a su modo y en su casa. En Maidenhead, donde viví, el Viernes Santo había una procesión conjunta de todas las iglesias cristianas que recorrían las calles portando solo una Cruz. 
La idea del Pregón surgió de la U.A.P.A., Unión de Asociaciones de Padres de Alumnos, que se crearon a raiz de las subvenciones que el Gobierno de Felipe Gonzalez concedió a las Asociaciones de las escuelas españolas en el extranjero que había creado el Gobierno de Franco. Me ofrecieron la oportunidad de ser el Pregonero y tuve la osadía de aceptar el reto.
Me volví a leer el libro, que conservo con mucho cariño, "Como Llora Sevilla", del Padre Ramón Cué y le pedí ayuda a Manolo de Cadiz, artista flamenco que cantaba, bailaba y recitaba en el restaurante Casa Antonio, ya desaparecido, que estaba cercano al mercado de Covent Garden, para  que recitase las poesías y como coloquialmente se dice, me lié la manta a la cabeza. Y con la ayuda de todos, y sobre todo la de Dios, salió bien.
Aprovechado estos días y como se que pocos de mis lectores han oído poco del Padre Cué, creo que merecen el saber lo que un extranjero piensa y cree de la Semana Santa de Sevilla. Como el pregón tiene varias partes, creo que tendré material para el resto de esta semana, comenzando por la Introducción, que copio a continuación y seguiré en varios capítulos.


Presentación de cartel de este año
Excelentísimo Señor Cónsul, Señor Agregado de Educación de la Embajada, Señor Director de este Colegio, Señoras y Señores.
Se celebra hoy en el mundo cristiano el llamado Domingo de Ramos que conmemora la Entrada Triunfal de Nuestro Señor Jesucristo en Jerusalén y que marca el principio de la Semana Mayor, Semana de Pasión o Semana Santa.
Pero en  ninguna parte del Mundo se conmemora la Semana Santa como en España. Y en ninguna parte de España, permítanmen que lo diga, se conmemora como en Sevilla. No creo que haya ni un solo pueblo en España donde no haya algún acto, servicio o procesión en recuerdo de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor. Famosas son en el Mundo las procesiones de Valladolid, Málaga, Murcia, Salamanca, Zamora o Sevilla, pero tenemos que reconocer que la más alabada y a la vez más criticada es la Semana Santa de Sevilla. Se conoce en el Mundo entero, la alaban propios y extraños, la ensalzan poetas y oradores y la critican los que no la entienden. Se ha llegado a decir que es una fiesta profana y fanática que roza la irreverencia, que es muy costosa, que es un derroche de lujo y riqueza, que con lo que cuesta se podría dar de comer a mucho pobres (hoy diríamos "crear muchos puestos de trabajo). Podemos contestar que es una celebración profundamente religiosa y creyente, que está llena de liturgia y recogimiento, que cuesta lo que voluntariamente se dona, que tiene el lujo que el pueblo quiere dar a Dios y a su Madre y que hasta los más pobres contribuyen de una u otra manera al mantenimiento de ella.
Hay muchas celebraciones populares en España que cuestan mucho dinero: la propia Feria de Sevilla, las Fallas de Valencia, las Fiestas de Moros y Cristianos y un etcétera que no terminaría Pero hay que reconocer que todas esa fiestas son humanas. La Semana Santa es de Dios. Y es el mismo Dios, en palabras de Jesucristo a los fariseos, que criticaban el precio del bálsamo con el que la  mujer pecadora untaba su pelo y bañaba sus pies, que reconoció "el valor incalculable de lo que se da con amor". 
La Semana Santa de Sevilla la hace el pueblo para Dios y su Madre con mucho amor. Hay más de sesenta cofradías, siendo muldialmente conocidas las del Gran Poder y La Macarena y las hay con nombres familiares, como la de los Panaderos, la Cigarrera, los Estudiantes el Silencio, los Negritos, la Borriquita o el Cachorro y hay una muy característica, muy popular y al mismo tiempo muy significativa que es la conocida con el nombre de Los Gitanos que tiene su sede en la Parroquia de San Román.
Sabéis que Sevilla tiene adoración y respeto por la raza gitana. Es la única parte del Mundo donde llamar gitano a un hombre, gitana a una mujer o churumbel a un chiquillo, no es un insulto, sino al revés, es un elogio o un piropo.A una mujer se le puede llamar "gitana guapa" y a la Virgen María, que también es mujer, se le llama "guapa, guapa, gitana y guapa". Y  no solo en las procesiones de Semana Santa, sino en la Romería del Rocío y otros pueblos y actualmente en un cine del centro de Londres. Con música de Bizet en una de las primeras escenas de la película "Carmen".
La cofradía de los Gitanos, tiene características especiales. Al Cristo, magnífica talla de Jesús con la Cruz a cuestas, le llaman "Manué" (tradución andaluza del Emanuel bíblico). A la Virgen "María" a secas, pero se le adorna el pecho con las mejores joyas de la Duquesa de Alba, signo fraternal de los gitanos y la aristocracia. También se admiten a los payos como hermanos y, como prueba de amor a los "enemigos",  se invita todos los años a la Guardia Civil a dar escolta a los pasos y a su banda de música a acompañar el paso de María.
Alguien preguntó a un gitano si no le tenían ya miedo a los Civiles con los fusiles, a lo que este contestó: "no pasa ná, ese día llevan los fusiles al revés, apuntando pa el suelo". Hay una serie de anécdotas recogidas en varios libros que demuestran la Fe de esa raza única y siempre recuerdo dos, que para mi, son la más profundas y significativas.
Cuentan que una noche durante la procesión, se levantó un viento frío y traicionero que acechaba en cada esquina para apagar los cuatro faroles que alumbraban el paso del Señó Manué. El sacristán, gitano de verde luna, como el Camborio de Federico, volvía a encenderlos en cada parada con el pavilo a final de una larga caña, para que volvieran a apagarse a los poco minutos. Cuando se le acabó la paciencia, cuentan que se plantó ante el Cristo, caña en ristre y cara a cara le dijo: "Manué o dejas de soplá o vas a volver a casa a oscura".
No se sabe si fue aquella misma noche que el viento trajo alguna nube llorona e inoportuna, pero lo cierto es que comenzó a llover y la directiva decidió enseguida meter el paso de la Virgen en la primera Iglesia que encontraron y continuar la procesión solo con el paso de Cristo. Cuando alguien preguntó al Hermano Mayor, porqué no resguardaban también al Cristo, la respuesta fue certera: "La Virgen es uan mujé y además, madre y hay que mimarla. El Cristo es un hombre y púe aguantá el temporá. Ademá es Dios y si se moja es porque le da la gana".
Qué sublime protestación de Fe, que magnifica lección de Teología. Ni San Agustín hubiera sido capaz de resumir en tan pocas palabras y con tanta sencillez el amor a la Virgen madre de Dios hecho hombre que como tal puede aguantar las inclemencias y además, siendo Dios tiene supremo poder sobre el viento y la lluvia.
Y es que todo esto, siendo tan elevado, es así de sencillo y natural en las creencias inconmovibles e incuestionables del pueblo de Sevilla.
A esa Sevilla llegó hace años, casi cuarenta, un seminarista mejicano que venía a estudiar Teología a la Universidad de Comillas, que aprovechó para conocer la Semana Santa de la que le habían hablado y sobre la que, siendo extranjero y estudiante de Teología, tenía sus muchas dudas y aprensiones. Yo tuve la suerte de conocerle y escuchar después, de su propia boca, las alabanzas en forma de poesías, que recogería después en vario de sus libros y especialmente en el que hoy nos ocupa: COMO LLORA SEVILLA. 
Hasta aquí llego y desde ahora leeré lo que escribió el Padre Cué y  Manolo recitará las poesías.