En la publicación semanal, "ESPAÑA EXTERIOR", periódico de las comunidades españolas en el mundo, de fecha 1 de febrero, leo una reforma de la Ley Electoral que suprime el voto de los residentes ausentes en las elecciones municipales. Y además deberán solicitar la documentación para poder votar en las generales, autonómicas y europeas. Dicha reforma entró en vigor el domingo 30 de enero.
Paco Gómez-Soto, editor y director de dicha publicación, con el que mantuve muy buenas relaciones cuando era corresponsal en Londres, me hizo varias entrevistas y me sigue mandando el periódico, no ha tardado más que un día en publicar la nefasta noticia para los españoles que residen fuera de España. El sabe, igual o mejor que yo, el trabajo que nos costó a los emigrantes el conseguir el derecho al voto y cuanto se ha seguido luchando a través del los Consejos de Residentes, para facilitar cada vez más el derecho al voto, la inscripción en el CERA y la devolución del coste de la certificación en Correos del envio del voto. Ya se había conseguido incluso la facilidad de depositar los votos en los Consulados, evitando el gasto del certificado y la dificultad y tiempo en devolver el importe al votante.
Pues bueno, Ahora un paso atrás. El residente ausente, que generalmente tiene su familia y alguna propiedad en su lugar de origen con la idea de retornar un día , no podrá intervenir en la elección de su municipio. Y para participar en las generales, autonómicas y europeas, tendrá que solicitar personalmente la documentación en vez de recibirla directamente como se venía haciendo. Es una varapalo para los españoles que residen fuera de España, que se sentirán discriminados del resto de los españoles. La Constitución dice que "los españoles somos todos iguales ante la Ley...." pero no especifica lugar de residencia. ¿Será esta reforma anticonstitucional?.
No entiendo de leyes, por lo que no se que contestar. Pero no me extrañaría que así fuera, ya que nuestro Gobierno socialista parece ser que en algunos casos se salta la Constitución y ya el Tribunal Constitucional ha tenido que leerle la cartilla. Todavía está pendiente el Estatuto de Cataluña.
Lo que si tengo claro es que el Partido Socialista, que siempre estuvo a favor del voto emigrante que en un principio les favorecía, esté tomando medidas, dentro de su cada día más patente nerviosismo, para evitar que dicho voto siga creciendo a favor del Partido Popular.
Y si no me creen, vean las estadísticas:
Elecciones Generales
1986, PSOE 46,01%, P.P. 20,90%
1989, PSOE 52,33%, P.P. 13,63%
1993, PSOE 55,78%, P.P. 23,58%
1996, PSOE 56,54%, P.P. 28,71%
2000 PSOE 39,94%, P.P. 42,09%
2004 PSOE 38,41%, P.P. 51,14%
No tengo más datos, pero el cambio ha sido espectacular desde la elecciones del año 2000, cuando los residentes ausentes probaron los primeros cuatro años del Gobierno Popular. Y eso pone muy nervioso a los socialistas. No more comments.
