Antonio Burgos, a quién no tengo el gusto de conocer personalmente, pero a quién leo todo los días y se que le gusta el "Martes Santo"; escribía hace una semana en su Recuadro, sobre la dos destacadas mujeres andaluzas a quienes llama "Lideresas". Y defiende la palabra, con la misma fuerza con la que los socialistas defienden lo de concejal/concejala o miembro/miembra. Claro, que con su proverbial humor y sarcasmo, decía que "Lideresa", le suena a "LImpieza DE REsiduos, S.A.
Y eso le viene muy bien a Susana Díaz y Carmen Castilla, que ya han dicho que van a limpiar lo in-limpiable, por mucho "Cillit Bang" que usen. O sea: el Partido Socialista Obrero Español (cada vez más comunista, menos obrero y menos español) y la Unión General de Trabajadores (unida entre sus dirigentes y separada de los trabajadores).
Pues hay que desearle mucha suerte a la dos lideresas, porque lo tienen muy difícil y hasta ahora, no se les ha visto el menor conato de la limpieza prometida para que se le perdonen los pecados O sea: dolor de corazón, propósito de la enmienda y cumplir la penitencia. Que quiere decir, pedir perdón, asegurarse que no se va a repetir y devolver el dinero.
Gracián, no el Baltasar que es más rojo que Zapatero, sino mi amigo y paisano, cazurro y serrano, a quién yo llamo Gracián para que no lo identifiquen y por aquello de El Criticón, me ha comentado que el llama a las dos lideresas, Fortunata y Jacinta. Me asegura que ha leído a Don Benito pero no sabe exactamente cual es Fortunata y cual es Jacinta. Le pregunto que por qué entonces los nombres y me dice que porque eran dos mujeres enamoradas del mismo Juanito Santa Cruz y están dos parecen que han estado enamoradas del señorito Griñán.
Gracián me ha demostrado una vez más que, aunque campesino serrano sin estudios superiores, el disco duro se su cerebro le sigue funcionando al cabo de los años. No como a aquel periodista que vino de Huelva a hacer un reportaje de la iglesia del pueblo y publicó el reportaje en el que hablaba de los cuadros que hay en ella, mencionando los de Fortunata y Jacinta, que en realidad eran de Santa Justa y Rufina. No se sabe si lo echaron del periódico.
Las dos jóvenes lideresas, andan entre los 40 y los 45 años, tienen cada una currículos bastante diferentes. Susana Díaz es abogada habiendo terminado su licenciatura al cabo de diez años de estudio y cuando ya trabajaba en el Partido. No sabemos que haya ejercido la abogacía, pero es evidente que debe tener un master en los trucos, manipulaciones, intrigas y chalaneos del partido. Por lo contrario, Carmen, según El País, tiene un brillante currículo, es enfermera, abogada y psicóloga, con master y premios y ha ejercido cargos de importancia en la sanidad pública. Pero ¿le servirá todo esto para poner orden entre lo mangones de la UGT y crear trabajo para los parados?. Pronto lo veremos.