Creo que es el primer borracho del que hay algo escrito y ha pasado a la historia del arte. La Capilla Sixtina alberga el fresco de Miguel Ángel, llamado "La embriaguez de Noé", que acaban de ver en la foto. El Génesis, 9. 18-20 cuenta cómo después del Diluvio, Noé (cansado de cuarenta días de agua) se dedicó a cultivar la tierra y plantó viñas. Un día bebió vino, se emborrachó y se acostó desnudo en su carpa. Miguel Ángel plasmó el momento en que sus hijos, Sem. Cam y Jafet le encuentran dormido y desnudo durmiendo la histórica "pea" y lo cubren con una manta.
Lo que no se sabe es si eso le pasaba todos los días, porque posiblemente aprendió la lección y a partir de entonces fue más moderado en sus libaciones. Así demostró que el vino, con moderación, no es malo para la salud, sino todo lo contrario. Dicen que murió a los 950 años.
Decía el Doctor Lowis Willians, nuestro médico de cabecera durante años en el Reino Unido, con el que trabajaba Patricia, al que también le gustaba el vino de España, que todo lo que ingeríamos podría ser maligno, dependiendo de la cantidad que tomáramos. Yo tengo una carta del médico español que me trató un ictus hace quince años, donde me autoriza a beber vino tinto con las comidas pero con moderación. Esto prueba que médicos de dos países coinciden en el diagnóstico, por lo que yo sigo al pié de la letra sus consejos. Por supuesto no espero llegar a la edad de Noé, aunque no estaría mal, incluso quitándole el cero.
Hay otro argumento a favor del vino. En este caso el consejo de un sacerdote, que decía que el vino no podía ser malo, ya que Jesucristo lo había usado para comenzar y terminar su vida evangelizadora. Primero convirtiendo el agua en vino en las Bodas de Cannan y después el vino en su propia sangre en la Última Cena. Añadía: lo usamos todos los días al celebrar la Misa, con unas gotas de agua, pero el agua la bendecimos antes por si las moscas. El vino no necesita bendiciones.
La botella que acaban de ver me la regaló ayer mi buen amigo Juaquín Melgarejo, hijo de mis buenos amigos, ya desaparecidos, Carlos Melgarejo y María Murube. Es el primer vino embotellado en mi pueblo que voy a probar, aunque Juaquín me ha recomendado que la guarde así, porque según él, lo mejor que tiene es la etiqueta diseñada por la gran pintora que es su hermana Rocío. Con su buen sentido del humor y responsabilidad vinatera, me dice que del vino no responde, que a lo mejor no me gusta. Yo le he dicho que el vino es vino, y no se sabes si te gusta hasta que no lo has probado.
Rocío nos llamaba a Patricia y a mí, "mis padres ingleses", a pesar de que Patricia era galesa y mis hijos eran los únicos ingleses de nacimiento, por lo que ella tenía el derecho a que la consideráramos "la hija española". Estuvo viviendo con nosotros para estudiar el idioma, por deseo de su padre, tuvo que volver a la inesperada y trágica muerte del mismo y volvió otra vez con nosotros a terminar el estudio de la lengua, que todavía habla con soltura.
Juaquín también fue a Inglaterra a aprender ingles, creo que estudió poco porque vivió con españoles y según mi hijo que le acompañó varias veces a discotecas o pubs, no le gustaba mucho la academia. Dice que no aprendió mucho, pero sabe lo suficiente para entenderse con los ingleses y pedir una gintonic.
Hace más de un siglo que mi pueblo tiene fama por su aguardiente y licores, que actualmente se ha incrementado con más licores, ginebra y whisky que nada tienen que envidiar a los fabricados en Holanda, Inglaterra o Escocia.
Desde que Pedro Remesal sembró su viña para la producción de un mosto de calidad que disfrutan "los amigos del mosto", Juan de Dios Pareja sembró cepas de tempranillo en su finca de Los Lozanos y Juaquín en la suya de La Esparragosa, para disfrute personal y el de sus amigos, han probado que la uva también se da en nuestras tierras y puede ser el pistoletazo de salida para que otros emprendedores prueben su cultivo y también el de otros productos que puedan dar a nuestros pueblo la vida que necesita para el futuro de nuestros jóvenes. Las fresas, las naranjas y los arándanos han dado fama a Moguer, Lepe, Río Tinto y Aroche. ¿Podrá la uva dar más fama a Higuera de la Sierra?.