El dictador Sánchez, que poco a poco, se ha ido ganando el título, pidió ayer UNIDAD. ¿Unidad?, Al parecer España no es "una Nación de Naciones", es UNA, pero no Grande y Libre. Pequeñita y subyugada a una izquierda con el apoyo de un callado y perdido Iglesias y una serie de partidos de todas ideologías que solo pretenden mantenerse en sus escaños.
Antes de reunirse con el líder de la oposición con el que no se reúne desde hace, no se si meses o años, ha preferido convocar a empresarios y miembros civiles para exigirles "pleitesía y que arrimen el hombro". Como si los empresarios no arrimaran el hombro por sus propios intereses. ¿Quién crea empleos y levanta la economía? ¿Los comunistas, los separatistas, los terroristas....?
No creo posible que el malabarista político haya dado un cambio tan completo. Algo tendrá en la manga para mantenerse en el poder. Y tengo que confesar que me da miedo.
Si vez de apoyarse en los indeseables, hubiera aceptado la mano que generosamente le ofreció Pablo Casado, otro gallo nos cantaría. En vez de un DesGobierno de tanto colores, tendríamos un Gobierno sólido del PSOE y PP, con mayoría más que suficiente para acometer las reformas que necesitamos. Que son muchas, necesarias e importantes. Hasta podría reformarse la Constitución, como quieren algunos. No para acabar con la Monarquía y proclamar la Tercera República, sino para mejorar las cosas que se hicieron, quizás demasiado de prisa, en la Transición. Como las Comunidades Autónomas, la Ley Electoral o la Financiación de los Partidos.
En mi modesta opinión, estas tres reformas son esenciales y necesitan un extenso análisis de los pro y los contras, que lógicamente son muchos y variados. Pero creo que deberíamos, poco a poco, apuntar ideas claras y positivas. Zamora no se tomó en una hora, y una reforma de este tipo, tampoco. Pero una ardua tarea tan necesaria, debería comenzarse lo más pronto posible. Me comprometo a contribuir con algunas ideas a sabiendas de que posiblemente vayan al saco de la basura, pero quiero aprovechar que todavía podemos disfrutar de Libertad de Expresión.
En mi modesta opinión, estas tres reformas son esenciales y necesitan un extenso análisis de los pro y los contras, que lógicamente son muchos y variados. Pero creo que deberíamos, poco a poco, apuntar ideas claras y positivas. Zamora no se tomó en una hora, y una reforma de este tipo, tampoco. Pero una ardua tarea tan necesaria, debería comenzarse lo más pronto posible. Me comprometo a contribuir con algunas ideas a sabiendas de que posiblemente vayan al saco de la basura, pero quiero aprovechar que todavía podemos disfrutar de Libertad de Expresión.